El 11 de noviembre de 1914, una inmigrante judía de origen británico y el descendiente de un matrimonio ucraniano de religión judía se convirtieron en padres de una criatura nacida en Nueva York a la que bautizaron Howard Melvin Fast.
Aunque la literatura lo atrapó desde que aprendió a leer, el destino quiso que este joven que, con el tiempo, se convirtió en escritor y guionista televisivo, empezara desde pequeño a vincularse con el mundo de las letras.
Tras fallecer su madre en 1923, Howard comenzó, junto a su hermano mayor, a vender periódicos para ganarse la vida, una actividad que después reemplazaría por la de lector, a tiempo parcial, en la biblioteca pública de su ciudad natal.
Impulsado por el fanatismo que sentía hacia el universo literario, este estadounidense que, durante la Segunda Guerra Mundial, participó en «Voz de América» como integrante de la Oficina de Información de Guerra de su país, comenzó a crear sus propios relatos antes de cumplir sus primeros veinte años de edad.
«Dos valles», «Ciudadano Tom Paine», «La última frontera» y «Camino de la libertad» son los títulos que le permitieron a Fast darse a conocer como escritor. Décadas más tarde, su producción literaria se ampliaría a través de trabajos como «Mis gloriosos hermanos», «Espartaco», «La pasión de Sacco y Vanzetti», «El dios desnudo» y «Los inmigrantes», muchos de los cuales serían traducidos a una gran cantidad de idiomas y llevados a la gran pantalla.
Este hombre que supo formar parte del Partido Comunista de los Estados Unidos (identificación ideológica que lo llevó a ser encarcelado y a sufrir la censura de sus libros), colaborar con el periódico «Daily Worker», crear algunos guiones para series de televisión y ser uno de los fundadores del Movimiento Mundial de la Paz, falleció en Connecticut el 12 de marzo de 2003.
Comentarios1
Buen artículo de Verónica. Como siempre gracias por informarnos cosas importantes.
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