Los géneros de la novela y el cuento se han visto enriquecidos hace décadas con los aportes de Sir Hugh Seymour Walpole, un escritor inglés que nació en Auckland el 13 de marzo de 1884 pero creció y se educó en Inglaterra.
Quien fuera alumno del Truro School, el King»s School de Canterbury y el Durham School primero y, más tarde, del Emmanuel College de Cambridge, se ganó la vida como profesor antes de dedicarse por completo a la actividad literaria.
Tras lanzar «El caballo de madera», su primera novela, este descendiente del matrimonio conformado por George Henry Somerset Walpole y Mildred Helen née Barham fue contratado por el periódico londinense «The Standard» como crítico literario. De todas formas, el reconocimiento a nivel internacional le llegaría por su desempeño como escritor, un oficio que le otorgó múltiples satisfacciones.
«Fortaleza», «Retrato del hombre de cabello rojo», «Herries el rufián», «Espejo verde» y «Los prisioneros» son algunos de los títulos que lo convirtieron en un exponente destacado del mundo de las letras y le permitieron acumular distinciones como el James Black Memorial Prize.
Hacia la década del «30, este gran coleccionista de arte que supo ser miembro de la asociación conocida como London Detection Club dejó al descubierto sus preferencias homosexuales y no ocultó los vínculos que, a lo largo de su existencia, mantuvo con Harold Cheevers, Percy Anderson y Lauritz Melchior.
En 1918, Hugh Walpole, quien colaboró con la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial, fue condecorado por su espíritu heroico con la Orden del Imperio Británico y, en 1937, se hizo merecedor de un título nobiliario.
La muerte encontró a este talentoso autor que, desde 1924, había fijado su residencia en Brackenburn Lodge, el 1 de junio de 1941. Desde entonces, sus restos descansan en la Iglesia St. John de Keswick.
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