“Heidi” es uno de los tantos clásicos infantiles de la literatura mundial, aunque tal vez no sean muchos los que recuerden a su autora. Quien creó la obra fue Johanna Spyri, una escritora suiza nacida el 12 de junio de 1827 en la aldea de Hirzel. Su verdadero nombre era Johanna Louise Heusser y era la cuarta hija del matrimonio conformado por el Dr. Johann Heusser y la poetisa Meta Sebweizer.
Desde niña, Johanna manifestó una gran afición por la música. Le gustaba el piano, instrumento que aprendió a tocar y que luego reemplazó por otro mucho más complicado: el arpa. En su tiempo libre, la joven disfrutaba de la naturaleza y la lectura.
En 1852, la vida de la escritora experimenta un cambio radical: ese año conoce a Bernard Spyri, un amigo de su hermano Theodor que se desempeñaba como editor del diario “Confederated Newspaper”. Pronto se enamoran, se casan y juntos se radican en Zúrich.
Para ocupar su tiempo libre y evitar pensamientos nostálgicos y sensaciones de soledad, Johanna comienza a participar en un grupo artístico y literario. Sin embargo, la actividad no pudo impedir la tristeza y, tiempo después, la escritora se sumió en una profunda depresión. Esa experiencia de nostalgia vivida por ella sería la que plasmaría en la historia de “Heidi”, cuando la niña debe dejar Suiza para instalarse en Francfort.
En 1855, la vida de Johanna vuelve a cambiar, pero esta vez gratamente, al convertirse en madre de Bernhard, un niño al que logró inculcarle su pasión musical. Junto a él en el violín, la escritora regresó a sus interpretaciones en el piano. Por ese entonces, también utilizó a la escritura como medio para recaudar fondos para la Cruz Roja Internacional. Así le dio forma a “Una hoja en la tumba de Vrony”, un libro que fue publicado en 1871 sólo bajo las iniciales J.S. Justo un año antes de esa aparición, Johanna creó para su hijo la historia de una niña huérfana que se muda a las montañas para vivir con su abuelo. El relato no es otro que el conocido “Heidi”, que recién fue publicado diez años más tarde, en 1880 y ya con la firma completa de su autora, Johanna Spyri. Según citan distintas fuentes, los libros de este personaje infantil han sido traducidos a más de cuarenta idiomas y adaptados al cine, al teatro, la radio y a la televisión en innumerables oportunidades.
Gracias a su afición literaria y el buen recibimiento de sus obras, la actividad narrativa de Johanna fue en aumento y hasta llegó a escribir veinte libros en cinco años. Sin embargo, en 1884 todo cambiaría una vez más: primero muere su hijo y, tiempo después, su marido. A raíz de esos acontecimientos, se muda a una casa más céntrica junto a una pequeña sobrina suya, en un intento por eludir a la soledad. En esta nueva etapa, Johanna no sólo realiza muchas obras de caridad sino que también retoma la escritura luego del duelo, para deleitar con sus historias a su sobrina. La actividad literaria la desarrolló hasta los últimos años de su vida, creando un total de 48 cuentos, entre los que se destacan “Grittli”, “La pequeña salvaje”, “El lago de los ensueños” y “Sin patria”. Su muerte se produjo el 7 de julio de 1901 en Zúrich.
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