El novelista estadounidense Joseph Heller, a quien muchos lectores recuerdan por obras como «Trampa 22» (material llevado al cine en 1970) y «Algo ha pasado», nació el 1 de mayo de 1923 en el seno de una familia judía de origen ruso que estaba afincada en Brooklyn.
Antes de convertirse en un renombrado exponente del ámbito literario, este talentoso norteamericano (descendiente de una mujer llamada Lena y un repartidor de pan llamado Isaac Donald Heller) asistió al Instituto Abraham Lincoln, fue empleado en una compañía de seguros, ingresó en la Fuerza Aérea de su país y estudió Arte en la Universidad de Nueva York.
En 1950, ya casado con Shirley Held (de quien se divorció décadas más tarde para contraer matrimonio con Valerie Humphries), Joseph fue contratado por la Universidad de Pennsylvania para impartir clases de inglés y, tiempo después, se transformó en colaborador de revistas como «Time» y «Look».
Si bien fueron varias las actividades que, a lo largo de su vida, Heller desarrolló de forma eficaz, sólo la escritura lo transformó en una figura famosa a escala internacional. Tan satisfactoria resultó su incursión en el campo de las letras que, a medida que los años pasaron y su producción crecía, se hizo necesario traducir su legado para que cada vez más personas pudieran descubrir sus aptitudes literarias.
«Dios sabe», «La hora del recuerdo», «Bombardeamos New Haven» y «No es como para reírse» son títulos que, al igual que los mencionados al comienzo de este artículo, aún permiten apreciar la labor de Joseph Heller como escritor.
Este estadounidense que manifestó desde temprana edad un profundo interés por la creación literaria y a la hora de elaborar textos demostró estar influido por la obra de figuras como Franz Kafka y William Faulkner, perdió la vida el 12 de diciembre de 1999.
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