Detrás de obras como «Verde agua» (propuesta definida por algunos críticos como un «pequeño clásico contemporáneo»), «El claro del bosque» y «La conchilla y otros cuentos» hay una mujer que, pese a haber tenido una trayectoria literaria breve, supo dejar una huella imborrable en el mundo de las letras.
Como el título de este artículo lo indica, la creadora de los mencionados materiales de lectura es Marisa Madieri, una escritora que nació en la ciudad de Fiume en 1938 cuando todavía la región era parte de Italia.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el clan Madieri se instaló en un campo de refugiados de Trieste, urbe en la cual Marisa viviría hasta su muerte. Al crecer, esta italiana de espíritu sensible trabajó en la Assicurazioni Generali, sumó experiencia en el plano docente como profesora de inglés y dedicó gran parte de su tiempo a la defensa de la vida a través de textos relacionados al aborto, la pobreza y la liberación femenina.
El destino quiso que Madieri dejara este mundo en 1996 tras ser perjudicada durante años por un tumor maligno. Su fallecimiento, como era de esperar, causó un gran impacto tanto en sus familiares y allegados como en quienes la conocieron por medio de sus escritos, muchos de los cuales fueron traducidos a diversos idiomas y la consagraron como una autora de renombre a escala mundial.
Si bien, como sucede con todos los exponentes del ámbito literario, su legado permite, de alguna manera, mantener vivo su espíritu, su desaparición física fue un golpe difícil de aceptar y superar para Claudio Magris, el también escritor con el que Marisa compartió durante décadas tanto la profesión como su vida cotidiana.
Comentarios1
gracias por la información ,no conecía Marisa Madieri
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