La vida del ensayista y dramaturgo belga Maurice Maeterlinck comenzó el 29 de agosto de 1862 en Gante y, en 1885, tuvo lugar su debut en el mundo literario al aparecer publicados en la revista artística y literaria «Jeune Belgique» algunos poemas de su autoría.
Un año después, este joven que recibió formación académica en un colegio jesuita y estudió leyes en la Universidad de Gante, decidió abandonar su profesión e instalarse en Paris. Allí, en territorio francés, Maeterlinck se vinculó con los poetas Stéphane Mallarmé y Auguste Villiers De L»lsle-Adam, dos escritores que lo hicieron conocer el simbolismo y el idealismo alemán. Precisamente, dicha influencia germánica quedó reflejada en las obras que Maeterlinck publicó entre 1889 y 1896.
«Los invernaderos», «La princesa Malena», «Las siete princesas», «Peleas y Melisenda», «El tesoro de los humildes», «La vida de las abejas», «La inteligencia de las flores», «La vida de las termitas», «La vida de las hormigas» y «El pájaro azul» (obra estrenada en 1908 en el Teatro de Arte de Moscú que luego se convirtió en un éxito mundial) son algunos de los títulos que forman parte de la producción literaria de este escritor en lengua francesa que se dedicó también a dictar clases en Estados Unidos y a crear junto a Georgette Leblanc, en 1897, un salón literario en la Villa Dupont que fue frecuentado por Oscar Wilde, Anatole France, Stéphane Mallarmé y Auguste Rodin, entre otros.
En materia de reconocimientos, cabe destacar que, a lo largo de su trayectoria, este dramaturgo que falleció el 5 de mayo de 1949 en la localidad francesa de Niza, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, el rey Alberto I de Bélgica le concedió el título de Conde y, gracias a la ayuda prestada por el autor a los aliados en la Primera Guerra Mundial, recibió condecoraciones francesas y belgas. Además, en 1937 ingresó como miembro extranjero a la Academia de Ciencias Morales y Políticas.
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