Además de Pablo Neruda, Gabriela Mistral y Vicente Huidobro, en la poesía chilena también puede destacarse como un gran referente a Pablo de Rokha, un escritor que nació el 17 de octubre de 1894 bajo el nombre de Carlos Díaz Loyola.
La formación académica de este joven oriundo de Licantén incluyó una escuela pública de Talca, un paso por el Seminario Conciliar San Pelayo de Talca (de donde lo expulsaron en 1911 por leer a autores que, en ese entonces, estaban prohibidos), estudios cursados en Santiago de Chile y un intento por ingresar a la Universidad de Chile para estudiar derecho o ingeniería, algo que finalmente no ocurrió.
Entusiasmado con el ámbito literario, comienza a adquirir experiencia a través de colaboraciones para diversos periódicos como «La Razón» y «La Mañana», además de debutar como poeta en la revista «Juventud», de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
Ya casado con la poetisa Luisa Anabalón Sanderson, Pablo de Rokha funda en Concepción, uno de los tantos sitios donde residió, la revista «Dínamo». En 1944, quien fuera colaborador del Frente Popular, fue designado por el presidente Juan Antonio Ríos como Embajador Cultural de Chile en América, cargo que lo llevó a recorrer casi veinte países del continente.
En materia literaria, cabe destacar que este chileno es autor de obras como «Los gemidos», «Heroísmo sin alegría», «Canto al ejército rojo», «Poemas continentales», «Fuego negro», «Neruda y yo», «Genio del pueblo» y «Estilo de masas», entre otras. Gracias a esta trayectoria, Pablo de Rokha fue distinguido en 1965 con el Premio Nacional de Literatura de Chile y, el 19 de octubre de 1966, fue nombrado Hijo Ilustre de Licantén. Casi dos años después de haber recibido este último reconocimiento, el 10 de septiembre de 1968, el escritor le puso fin a su vida suicidándose con un disparo en la boca.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.