De Rosemary Jansz Navaratnam Rogers, una mujer de ascendencia holandesa y portuguesa que nació en 1932 en una isla que en la actualidad se conoce como Sri Lanka, puede decirse que fue una escritora precoz. Es que la lectura y la creación de textos la atraparon con sólo ocho años y, desde ese entonces, sus actividades estuvieron vinculadas al universo literario.
Rosemary Rogers, tal el nombre que adoptó al escribir sus historias, asistió durante tres años a la Universidad de Ceilán, pero abandonó sus estudios para comenzar a trabajar como periodista. En esa época, la autora conoció a Summa Navaratnam, el hombre que pronto se convirtió en su marido y, tiempo después, le dio dos hijas.
Tras el fracaso de su relación, la pareja se divorció y la escritora se mudó junto a sus hijas a Londres. Con el tiempo, la novelista volvería a formar una familia y a sumar descendientes, en esa oportunidad, con Leroy Rogers, el hombre de quien tomó su apellido y con quien se instaló en Connecticut. Ocho años más tarde llegaría un nuevo divorcio que la dejaría sin pareja, con cuatro hijos a cargo y la responsabilidad de recibir en su casa a sus padres, quienes, expropiados, tuvieron que huir de Ceilán.
Por ese entonces, Rosemary se ganaba la vida como mecanógrafa en el Departamento Forestal de California y se animó a probar suerte en el ámbito literario para conseguir un futuro mejor. Así fue que, tras revisar numerosas veces la novela romántica que surgió de una historia que había inventado en la niñez, la envió a las editoriales. Tiempo después, Rosemary Rogers vio publicado «Torbellino de pasión», su primer libro, al que le siguieron «Corazón salvaje», «Fuego en la oscuridad», «Mentiras amargas», «Los amantes del placer», «Amor extraviado» y «La joya de mi corazón», entre muchos otros.
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