Si uno averigua quién fue la primera mujer en ser reconocida con el Premio Nobel de Literatura, seguramente encontrará en los datos históricos el nombre de Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf, una escritora sueca nacida el 20 de noviembre de 1858.
Seducida desde la niñez por la lectura, ya a los siete años había leido «Oceola» de Thomas Mayne Reid y, a los diez, ya conocía el contenido de la Biblia y había comenzado a interesarse por las obras de los Hermanos Grimm, Walter Scott y Hans Christian Andersen, entre otros. Tiempo más tarde, su afición literaria la llevó a leer a William Shakespeare y Lord Byron.
Escritora precoz, con sólo doce años de vida ya había dado sus primeros pasos en el mundo de las letras al crear un extenso poema. Sin embargo, la mala situación económica familiar hizo que Selma no pudiera dedicarse por completo a su afición literaria, sino que la obligó a ganarse la vida con otra actividad más rentable. Por ese motivo, decidió cursar en Estocolmo la carrera docente para poder convertirse en maestra.
Más allá de sus tareas vinculadas a la enseñanza, Selma jamás dejó de desarrollar su faceta como escritora. Así fue que, en sus ratos libres, comenzó a colaborar con algunos periódicos y ganó un concurso de la publicación cultural «Idun» gracias a su novela «La saga de Gösta Berling». A partir de ese entonces, Selma Lagerlöf se convirtió en una exitosa autora que hasta logró formar parte de la Academia Sueca.
«Lazos invisibles», «Los milagros del Anticristo», «Jerusalén, en la Tierra Santa», «Leyendas de Cristo», «El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia», «Marbacka», «El niño duende» y «El carretero» son algunas de las obras más reconocidas de esta escritora feminista que falleció el 16 de marzo de 1940 víctima de un ataque cardíaco.
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