Aunque una serie de complicaciones derivadas de una gripe mal curada lo llevaron a la muerte con sólo 22 años de vida, durante su corta existencia el publicista, crítico y escritor esloveno Srecko Kosovel, quien nació el 18 de marzo de 1904 en el Carso esloveno, consiguió pasar a la historia literaria a través de una obra poética de gran intensidad caracterizada por un perfil muy libre, experimental y vanguardista.
Si bien nació en Sezana, la infancia de este autor que falleció el 27 de mayo de 1926 transcurrió en Tomaj, un pueblo en el que su familia se instaló cuando él tenía sólo cuatro años de edad ya que, en la escuela de esa región, su padre desempeñaba tareas docentes.
En 1916, tras haber culminado su formación elemental, este joven que cinco años antes había debutado como escritor en la revista infantil «Zvoncek», comenzó sus estudios secundarios en Ljubljana, ciudad en cuya universidad cursó la carrera de Filosofía y aprendió letras eslavas y románicas, además de haber estudiado historia del arte.
Con el tiempo, el interés de Kosovel por el universo literario llevaría a este poeta esloveno influído por la corriente del constructivismo, a colaborar en las revistas «Renacimiento» y «Los tres cisnes», a fundar y dirigir la publicación conocida como «Bella Vida», a cofundar un taller literario dramático y a desempeñarse como director de la revista «Mladina».
Pese a que su obra fue publicada de forma póstuma, no se puede negar que Srecko Kosovel, a través de los trabajos que se han dado a conocer por intermedio de libros como «Poesías», «Poesías selectas», «Canoa dorada», «Integrales 26» y varios textos recopilados bajo el título de «Obras selectas» (una publicación que ha sido dividida en tres partes), ha sabido dejar una importante huella poética en la historia de su país.
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