Su verdadero nombre era Susan Rosenblatt, pero se hizo conocida como Susan Sontag, apellido adoptado de su padrastro. Su vida, que comenzó el 16 de enero de 1933 en Nueva York y continuó en Tucson, Arizona y Los Ángeles, la dedicó a la literatura, aunque también fue docente y dirigió filmes y obras teatrales.
Sontag es una de las intelectuales más respetadas y leídas en el ámbito académico. Sus ensayos y reflexiones sobre las costumbres estadounidenses de la década del ’60 son de consulta casi obligada. Por esa época, la escritora publicó un artículo en la revista “Partisan Review” que fue muy bien recibido por los intelectuales estadounidenses y, desde entonces, se convirtió en una de las figuras más influyentes.
Años después, aparecerían otros trabajos de Sontag como “Contra la interpretación”, “Estilos radicales”, “Bajo el signo de Saturno”, “El benefactor” y “Equipo mortal”, entre muchos otros. Décadas más tarde, en 1992, salió a la luz su novela “El amante del volcán”. Tal como puede apreciarse, se trata de una escritora multifacética, que puede ir del ensayo sociológico a la ficción y del mundo escrito al audiovisual, sin equivocar el rumbo.
Su extensa trayectoria y la calidad de sus obras no han pasado desapercibidas para los expertos en el mundo de las letras, por lo cual, en 2001, Sontag fue galardonada con el Premio Jerusalén de Literatura y, dos años después, recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras junto a la intelectual marroquí Fátima Mernissi, además del Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán.
Como curiosidad, puede mencionarse que, a los 17 años, Sontag contrajo matrimonio con Philip Rieff luego de un noviazgo de sólo diez días. Juntos tuvieron un hijo, David, quien luego se convertiría en el editor de Sontag en la editorial Farrar, Straus and Giroux. Tras ocho años de matrimonio, Susan y Rieff se divorciaron. En los últimos años de su vida, Sontag mantuvo una relación sentimental con la fotógrafa Annie Leibowitz.
El 28 de diciembre de 2004, una serie de complicaciones derivadas de un síndrome mielodisplásico que desembocó en una leucemia mielógeno aguda, terminó con la vida de Susan Sontag, cuyos restos descansan ahora en el cementerio parisino de Montparnasse.
Comentarios1
No conocía sobre Susan Sontang. Lo leído me ha motivado a conocer sus escritos, toda su obra. Es fascinante el hecho de haber sido una "adolescente intelectual", y haber escrito sus diarios de la manera como ella lo hizo. Gracias a Téxil Gardey y a Verónica Gudiña por sus notas biográficas, quienes con David Rieff, el hijo de Susan nos permiten conocerla.
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