El 21 de mayo de 1880 nació en Bucarest, Ion N. Theodorescu, el poeta y novelista rumano más conocido como Tudor Arghezi que, en 1955, fue elegido miembro de la Academia Rumana y, diez años después, recibió el premio Herder.
Theodorescu comenzó a dar sus primeros pasos como escritor en 1896, año en el que concluyó sus estudios en el instituto Sf. Sava. Tiempo más tarde, entre 1901 y 1904, el flamante autor, aunque carecía de vocación religiosa, permaneció en Cernica como monje y, entre 1908 y 1910, residió en un monasterio de París, del que se marchó cansado de las presiones a las que era sometido.
Tras alejarse del convento parisino, Arghezi se instaló en Ginebra, donde asistió a la universidad y creó algunos versos. Por ese entonces, el escritor se ganaba la vida en un taller de orfebrería, donde elaboraba dientes de oro y anillos.
En 1912 regresó a Rumania y comenzó a difundir poesías, panfletos y artículos polémicos a través de revistas como «Rampa», «Facla» y «Viaţa Româneascǎ». Años después de permanecer en prisión durante algunos meses por haber tomado partido, en el marco de la Primera Guerra Mundial, por la neutralidad de su país, Arghezi publicó su primer libro de poesía bajo el nombre de «Palabras adecuadas» y, en 1928, fundó el periódico «Billetes de loro».
«Íconos de madera», «Flores de moho», «El libro con juguetes», «Los ojos de la Virgen», «Versos de atardecer», «El cementerio Buena Anunciación» y «Lina» son otros de los títulos que forman parte de la extensa obra literaria de este poeta y novelista rumano.
Tudor Arghezi falleció el 14 de julio de 1967 y, tras decretarse duelo nacional, fue enterrado en el jardín de su casa. En la actualidad, esa vivienda funciona como un museo consagrado a su figura y a su obra.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.