La vida de Washington Irving, un estadounidense que se destacó como escritor en la época del Romanticismo, comenzó en Manhattan el 3 de abril de 1783.
Según se cuenta, su nombre constituye un homenaje de sus padres, un adinerado comerciante escocés y una mujer inglesa descendiente de un clérigo, hacia la figura del general George Washington.
Irving fue criado en el seno de una numerosa familia y desde temprana edad demostró un profundo interés por el mundo de las letras. Antes de dedicarse por completo a la escritura, sin embargo, el autor se especializó en Derecho y, durante algún tiempo, alternó su actividad como colaborador del periódico «Morning»�s Chronicles» con sus obligaciones laborales en los bufetes de Henry Masterton, Brockholst Livingston y John Ogde Hoffman.
En 1806, tras visitar Marsella, Ginebra, Sicilia y Roma, este admirador de obras como «Robinson Crusoe» y «Las mil y una noches» decidió iniciar junto a sus hermanos un emprendimiento comercial en Nueva York. Tres años más tarde, este estadounidense se vio obligado a enfrentar la muerte de su prometida Matilda Hoffmann y, desde ese entonces, Washington borró de su mente la idea de contraer matrimonio.
Las temporadas siguientes lo encontraron como redactor de «Analetic Magazine», como socio en Liverpool de la empresa familiar y, finalmente, como un hombre comprometido por completo con el ejercicio de la literatura.
«Libro de apuntes», «Cuentos de un viajero», «Cuentos de la Alhambra», «Viaje por las praderas» y «Los buscadores de tesoros» son algunos de los títulos que forman parte de la producción literaria de este novelista que, en ciertas ocasiones, apeló al seudónimo de Geoffrey Crayon para firmar sus trabajos.
Washington Irving falleció el 28 de noviembre de 1859 en su residencia de Sunnyside y sus restos fueron sepultados en el Cementerio de Sleepy Hollow. Hoy en día, su antigua mansión funciona como museo y casa histórica para mantener vivo su recuerdo.
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