La vida del sueco Carl Johan Gustaf Snoilsky, quien enriqueció a las letras de su país con un gran número de poesías de corte realista, comenzó el 8 de septiembre de 1841 en Estocolmo.
Tras ser alumno de Clara School y ampliar sus conocimientos en el Stockholms Lyceum, el autor decidió matricularse en la Universidad de Upsala. Los años siguientes lo encontraron como empleado de la Oficina de Asuntos Exteriores de Suecia y dando sus primeros pasos dentro del universo literario con poemas que en un primer momento firmaba con el seudónimo de Sven Tröst.
Tiempo después de haber lanzado una colección poética titulada “Orchideer”, Snoilsky viajó a España y a Francia para desarrollar tareas diplomáticas en las capitales de esos respectivos países. Por ese entonces dejó un poco de lado sus actividades literarias para afianzar sus compromisos laborales y dedicarle tiempo a la numismática, una de sus pasiones.
Cabe destacar que el también responsable de propuestas como “Dikter” y “Sonetter” publicó en 1876, año en el cual asumió el cargo de administrador de archivos, una traducción de varias baladas creadas por Goethe. En 1880, ya instalado en Florencia después de haber renunciado a todos los roles que llevaba adelante en Suecia, este hombre que llegó a integrar la Academia Sueca celebró su boda con la condesa Ebba Piper.
Este autor que amplió su producción literaria con “Svenska bilder” y cautivó a numerosos lectores con creaciones poéticas como “Savonarola” y “Hvita Frun” (traducido al español como “La dama blanca”) volvió a Estocolmo en 1891 y consiguió trabajo en la Biblioteca Nacional de Suecia como bibliotecario principal. Allí, en su ciudad natal, Carl Snoilsky encontró la muerte el 19 de mayo de 1903. Poco después de su deceso, a fin de mantener vivo su recuerdo, se lanzaron cinco volúmenes de su obra denominada “Samlade dikter”.
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