Carlo Coccioli

Nació en Italia, escribió en tres idiomas, vivió un tiempo en Libia y falleció en México. La vida de Carlo Coccioli (también mencionado como Cóccioli) trascendió las fronteras, al igual que su legado.

Carlo CoccioliSu nacimiento tuvo lugar el 15 de mayo de 1920 en la ciudad de Livorno, región de la Toscana. Por el trabajo de su padre, quien integraba el ejército italiano, creció fuera de su país. Coccioli se formó en Libia, viviendo en Bengasi y Trípoli. Luego regresó al territorio italiano.

Al momento de estallar la Segunda Guerra Mundial, se encontraba afincado nuevamente en la Toscana. Tenía 23 años cuando se sumó a la resistencia italiana y luchó en los Apeninos tosco-emilianos. Coccioli fue atrapado por los nazis, aunque consiguió escaparse de la prisión.

Al finalizar el conflicto bélico, obtuvo una medalla por su valor. También cursó una licenciatura en Lenguas y Literaturas Orientales en la Universidad L’Orientale de Nápoles y un doctorado en la Universidad de Roma.

En 1946, Coccioli debutó en el terreno literario con “El mejor y el último”. Tras esta novela lanzó, un año después, “La difícil esperanza”. Con el tiempo incrementó su producción con obras como “Fabrizio Lupo”, “El juego”, “La casa del lago”, “El tormento de Dios”, “El baile de los extraviados”, “Hombres en fuga” y “David”.

Coccioli escribió tanto en italiano como en francés y en castellano. Uno de sus libros más famosos, de hecho, lo escribió en lengua gala: “Fabrizio Lupo”. Por su temática, que gira en torno a un joven católico que se suicida tras reconocer su homosexualidad, la novela generó una gran polémica y llevó al autor a emigrar, radicándose en México. El libro recién fue traducido al italiano por el propio Coccioli a veintiséis años de su lanzamiento.

La Ciudad de México fue el primer hogar de Carlo Coccioli en suelo azteca, aunque en 1997 se mudó a Cuernavaca. En México adoptó un hijo y se convirtió al judaísmo. Su fallecimiento se produjo el 5 de agosto de 2003 en la capital mexicana.

Comentarios1

  • Ca-Yo

    Este gran hombre fue articulista en la Revista " Siempre, presencia de México ¨



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