Al investigar los orígenes del movimiento conocido como postismo (al que adhirieron autores como Ángel Crespo y Gloria Fuertes) adquiere una fuerte relevancia el nombre de Carlos Edmundo de Ory, el escritor y traductor de origen español que quedó en la historia como su principal impulsor (junto a Silvano Sernesi y a Eduardo Chicharro Briones).
De Ory, quien nació en Cádiz el 27 de abril de 1923, siguió los pasos profesionales de su padre, el periodista, crítico y poeta Eduardo de Ory, un hombre que dejó huella en el mundo de las letras a través de obras como “Laureles rosas”, “La primavera canta” y “El pájaro azul”.
“Esa joya absoluta que es Poesía”, “Versos de pronto”, “Técnica y llanto”, “Lee sin temor”, “La flauta prohibida”, “Cuentos sin hadas”, “Nephiboseth en Onou, diario de un loco” y “Soneto vivo” son algunos de los títulos que forman parte de la vasta producción literaria de este hombre que, en 1942, se mudó a Madrid y en 1955, abandonó España para instalarse en Francia. En territorio galo (vivió primero en París y, en 1968, marchó a Amiens), quien fuera honrado en 2006 con el título de Hijo Predilecto de Andalucía fundó el Atelier de Poésie Ouverte (identificado con la sigla APO) y fue docente universitario.
Como consecuencia de la leucemia que le habían diagnosticado, Carlos Edmundo De Ory falleció en Thézy-Glimont el 11 de noviembre de 2010. Tras su muerte, su viuda, Laure Lachéroy de Ory, decidió donar su valioso archivo personal a Cádiz, ciudad que ha decidido conservarlo y aprovecharlo desde el marco de una fundación. Asimismo, se mantiene la expectativa por conocer el contenido del mensaje que el poeta dejó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes en noviembre de 2007, aunque ese misterio recién se develará en el año 2022.
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