La vida del escritor uruguayo Carlos Sabat Ercasty, en cuyo honor se concede una medalla que ha distinguido por ejemplo la labor literaria del autor Juan Ruiz de Torres, comenzó el 4 de noviembre de 1887 en la ciudad de Montevideo.
Este descendiente de la pareja conformada por María Luisa Ercasty Tellechea y Mariano Sabat y Fargas fue parte de la Generación del ’20. A lo largo de su trayectoria, además de cultivar el soneto, quien fuera alumno de la Escuela de Educación para Varones enriqueció a las letras de su país con poesías de carácter lírico construidas a partir de versos libres y vibrantes. La música, el dibujo, la lectura y el fútbol fueron otras de las actividades que llegaron a cautivarlo.
Más allá de publicar libros, Sabat Ercasty escribió para el periódico “El Día”, dio clases de Literatura en escuelas secundarias y en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la capital uruguaya. Asimismo, estuvo al frente de la Academia Nacional de Letras y llegó a presidir el Ateneo de Montevideo.
“Pantheos”, la serie titulada “Poemas del hombre” que inició en 1921 con “Libro de la voluntad”, “El vuelo de la noche”, “Cántico desde mi muerte”, “El charrúa – Veinte toros”, “Lucero, el caballo loco”, “Los adioses”, “Romance de la soledad” y “El mito de Prometeo” son algunos de los títulos que forman parte de su extensa producción literaria y que, aún en la actualidad, siguen cautivando a personas que admiran y valoran el legado de este talentoso exponente del mundo de las letras.
A raíz de su buen desempeño en el campo de la escritura, Sabat Ercasty acumuló distinciones como el Premio Nacional de Literatura y el Premio Literatura del Uruguay. El 4 de agosto de 1982, este autor encontró la muerte en la ciudad que lo vio nacer, crecer y consolidarse como poeta.
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El joven Neruda admiraba tanto la poesía de Sabat que publicó El Hondero Entusiasta diez años después de haberlo escrito por la influencia notoria de la poesía de aquél.
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