El 22 de mayo de 1841 se produjo en Burdeos el nacimiento del autor francés Catulle Mendès, cuya producción literaria se enmarca en el movimiento conocido como parnasianismo.
Este descendiente de una mujer católica y un hombre educado en el judaísmo heredó de su abuelo paterno la pasión por las letras. En su adolescencia, después de haber pasado varias temporadas en Toulouse junto a su familia, Catulle decidió instalarse en París para entablar contacto con intelectuales y dar sus primeros pasos como escritor.
A tres años de lanzar una publicación denominada “Revue Fantaisiste”, quien perteneciera al círculo de amistades del crítico, periodista, novelista, poeta y dramaturgo Théophile Gautier y contrajera matrimonio en 1866 con Judith, la hija de éste, debutó como poeta a través de “Philoméla”.
Durante su estadía en suelo alemán, época en la cual amplió su formación académica en la Universidad de Heidelberg, se acercó a la figura de Richard Wagner, compositor al que le dedicó dos textos.
Ser parte de la tertulia desarrollada en el hogar de Louis-Xavier de Ricard, aportar textos a la revista “Le Parnasse Contemporain” y elaborar críticas teatrales para “Le Revue Blanche” son otras de las actividades que le permitieron consolidarse como autor.
Mendès, quien tuvo varios herederos junto a Augusta Holmès pero eligió a Jeanne Nette para compartir el último tramo de su vida, consiguió seducir a lectores de diferentes generaciones y nacionalidades valiéndose de trabajos como “Rosa y negro”, “La vida seria”, “La princesa desnuda”, “Monstruos parisinos”, “Las madres enemigas” y “Los pájaros azules”, por detallar algunos que han sido traducidos a múltiples lenguas.
En el marco de un episodio confuso que algunos han vinculado a un suicidio y otros a un accidente, Catulle Mendès se fue del plano terrenal. Su cuerpo, que presentaba mutilaciones y fracturas, se halló el 7 de febrero de 1909 en un túnel ferroviario de Saint-Germain-en-Laye.
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