Los amantes de la literatura que señalan entre sus autores favoritos a Celso Amieva, en realidad admiran a José María Álvarez Posadas, tal el nombre real de este autor que quedó inmortalizado a través de uno de los tantos seudónimos que usó, ya que también solía firmar como Corsino Urriel, Lino Serdal y Elías Pombo.
La vida de este español que fue parte de la Generación del 36 al igual que Luis Rosales y Leopoldo Panero, entre otros intelectuales, comenzó el 19 de marzo de 1911 en una localidad de Cantabria bautizada como Puente San Miguel.
Aunque en su adolescencia dio muestras de talento poético y sus textos fueron publicados en varios periódicos y semanarios Celso, al igual que su padre, se dedicó a la docencia, dando clases en numerosos pueblos. En tiempos de guerra, en tanto, fue militante del bando republicano, razón por la cual al finalizar el conflicto bélico abandonó su patria en condición de exiliado. Tras pasar por Francia, el autor se instaló en territorio mexicano, donde trabajó enseñando castellano. Por ese entonces, también se dedicó a la traducción de poemas galos y aportó textos a publicaciones de diferentes países.
“Los poemas de Llanes”, “Poeta en la arena” y “Más poemas de Llanes” son algunos de los libros que, aún en la actualidad, permiten apreciar las habilidades de Celso Amieva para la escritura.
Cabe destacar que en 1969, después de haber participado en el guión del filme “Pueblo en armas” (actividad por la cual ganó un premio), este escritor se mudó a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), donde en 1985 fue distinguido con la Orden de la amistad de los Pueblos.
En febrero de 1988, José María Álvarez Posadas encontró la muerte en Moscú. Sus cenizas fueron llevadas al cementerio de Niembro, donde se le rindió un homenaje con flores y lectura de versos al cumplirse treinta años de su fallecimiento.
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