El 25 de septiembre de 1782 se produjo en Dublín el nacimiento de Charles Robert Maturin, un irlandés que además de haberse desempeñado como predicador protestante sumó experiencia como escritor y dramaturgo. Si bien no es uno de los autores más leídos en la actualidad, es atractiva la idea de repasar sus vivencias y rescatar su figura del olvido, al menos en reconocimiento a su aporte al género de la novela gótica.
Quien fuera integrante de una familia hugonote de origen francés conformada por Fedelia Watson y William Maturin estudió en Trinity College y desplegó su faceta religiosa en la Iglesia de San Pedro.
Dennis Jasper Murphy, según se advierte al hacer foco en su trayectoria, fue el seudónimo que eligió para firmar sus primeras propuestas literarias. Por ese entonces, el desempeño literario de Charles llamó la atención de Walter Scott, quien le sugirió a Lord Byron que leyera a Maturin.
En relación a la esfera personal hay que señalar que el 7 de octubre de 1804, este autor que en 1816 conoció el éxito gracias al desarrollo de un drama titulado “Bertram”, contrajo matrimonio con Henrietta Kingsbury.
“Manuel”, “Osmyn el renegado” y “Fredolfo” no estuvieron entre sus creaciones aclamadas, pero alimentó una producción donde aparecen asimismo “The Milesian Chief”, “The Wild Irish Boy”, “The Albigenses” y “The Universe: a Poem”, entre otras opciones de lectura que dejan al descubierto los aciertos pero también las limitaciones en materia de escritura de este irlandés que también dio a conocer sermones y reflexiones centradas en pasajes bíblicos.
La popularidad le llegó con “Melmoth, el errabundo”, una publicación que se tradujo a una gran cantidad de lenguas, acumuló tantos elogios como críticas, le dio notoriedad a lo largo de los años y logró inspirar a numerosos intelectuales.
El 30 de octubre de 1824, Charles Maturin encontró la muerte en la capital de Irlanda.
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