Cintio Vitier

La vida del crítico y escritor cubano Cintio Vitier, descendiente del político y pedagogo Medardo Vitier Guanche, comenzó el 25 de septiembre de 1921 en la isla de Cayo Hueso.

Tras adquirir sus primeros conocimientos en el establecimiento académico que su padre había abierto en la ciudad cubana de Matanzas, quien fuera esposo de Fina García Marruz se instaló en La Habana, donde continuó su formación.

Antes de doctorarse en Derecho Civil (disciplina que no llegó a ejercer), Vitier editó una publicación titulada “Clavileño”. Más tarde, este hombre que integró la revista “Orígenes” enseñó francés en la capital de Cuba, así como también dio clases de literatura tanto hispanoamericana como cubana.

Ser colaborador de medios como “Lunes de Revolución”, “Unión”, “Casa de las Américas” y “Espuela de Plata” le permitió sumar experiencia en el mundo de las letras y establecer vínculos con intelectuales. Con el tiempo, dirigió el “Anuario Martiano” y “Nueva Revista Cubana”, por ejemplo.

Sus habilidades poéticas las plasmó en obras como “Experiencia de la poesía”, “De mi provincia”, “Extrañeza de estar”, “La fecha al pie” y “Epifanías”, mientras que enriqueció al género de la novela con “De peña pobre”, “Los papeles de Jacinto Finalé” y “Rajando la leña está”. Como ensayista, se lució con “Lo cubano en la poesía”, “Poética” y “Ese sol del mundo moral”.

Este hombre que fue amigo de José Lezama Lima y Eliseo Diego, por su buen desempeño como escritor, mereció distinciones como el Premio Juan Rulfo, el título de Oficial de las Artes y de las Letras en Francia, la Orden José Martí y el Premio Nacional de Literatura, así como múltiples doctorados honoris causa.

El 1 de octubre de 2009, Cintio Vitier encontró la muerte en La Habana. Como sucede con los artistas, si bien su corazón ha dejado de latir, su esencia sigue viva en su legado y su figura recobra protagonismo cada vez que alguien le rinde tributo, recuerda sus vivencias o disfruta los libros que él creó.