El 28 de octubre de 1812, en el Ingenio Santiago ubicado en cercanías de la localidad cubana de San Diego de Núñez, llegó al mundo Cirilo Villaverde de la Paz, quien con el paso del tiempo sumó experiencia como escritor, periodista, traductor y maestro.
“Cecilia Valdés o La Loma del Ángel” es la obra más célebre de este descendiente de un médico rural. Ya instalado con su familia en La Habana, el autor recibió formación académica. En 1834, este hombre instruido en latín, dibujo (disciplina que aprendió en la Academia San Alejandro) y filosofía (cursada en el Seminario San Carlos), completó el bachillerato en Leyes. Se ganó la vida en diferentes bufetes, aunque prefirió volcarse a los ámbitos de la enseñanza y las letras.
“La Cartera Cubana”, “Recreo de las Damas” y “Aguinaldo Habanero” son algunos medios que le dieron espacio a sus textos. El también responsable de “La joven de la flecha de oro y otros relatos” frecuentó tertulias y, en 1848, fue llevado a prisión por haber participado en las actividades conspirativas desarrolladas en Cienfuegos y Trinidad. Una temporada después huyó y se afincó en Nueva York, donde llegó a dirigir el diario “La Verdad”.
En 1854, Villaverde se mudó a Filadelfia y, además de dar clases de español, celebró su boda con Emilia Casanova. A la capital de Cuba retornó en 1858 gracias a un amparo. Por entonces, estuvo al frente de una imprenta, llevó adelante el periódico “La Habana” y realizó aportes a “Cuba Literaria”.
Cabe destacar que este directivo de “El Espejo” y “La Ilustración Americana” amplió su producción literaria con “El penitente”, “Dos amores”, “Excursión a Vuelta Abajo” y “Diario del rancheador”, entre otros títulos. Escribió, en tanto, para publicaciones como “Revista Cubana”, “El Fígaro” y “El Avisador Hispanoamericano”.
Es importante tener en cuenta que Cirilo Villaverde encontró la muerte en Nueva York el 23 de octubre de 1894.
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