Detrás del seudónimo de Concha Lagos hubo una mujer española llamada Concepción Gutiérrez Torrero que a lo largo de su vida enriqueció al ámbito literario con ensayos, obras de teatro, poesías y relatos.
Esta autora y editora que llegó a integrar la Real Academia de Córdoba nació el 23 de enero de 1907 en la ciudad andaluza de Córdoba. Recibió el bautismo en la Parroquia de San Nicolás y asistió en su niñez al Colegio de la Sagrada Familia.
Trece años habían pasado desde su llegada al mundo cuando sus padres decidieron instalarse junto a ella en el municipio madrileño de El Escorial. En los años siguientes cursó el bachillerato, se formó en Filosofía, Música y Letras y aprendió francés en la Escuela de Idiomas de Santo Domingo.
A Mariano Lagos, fotógrafo y arquitecto gallego, lo conoció en la localidad segoviana de San Rafael. Tras pasar la Guerra Civil en Galicia regresaron a Madrid y transformaron su hogar en centro de reuniones culturales y tertulias.
“Los obstáculos”, “El corazón cansado”, “La soledad de siempre”, “Al sur del recuerdo”, “La vida y otros sueños”, “Después del mediodía”, “Ha llegado una carta”, “Golpeando el silencio”, “Canciones desde la barca”, “Diario de un hombre”, “Con el arco a punto”, “Más allá de la soledad”, “Una noche bajo las estrellas” y “Atados a la tierra” son algunos de los títulos que forman parte de la extensa producción literaria de quien fuera directora de la revista “Ágora”.
Concha Lagos, quien en 1989 resolvió venderle a la Universidad de Valladolid una parte de su biblioteca personal, llegó a ser distinguida con reconocimientos como la Medalla de Andalucía y la condecoración de Hija Predilecta de Andalucía. Su deceso tuvo lugar el 6 de septiembre de 2007. Dos días más tarde, sus restos fueron llevados al Cementerio Sacramental de Santa María ubicado en Madrid.
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