El género de la novela policial aún se enriquece con el legado de Cornell George Hopley-Woolrich, un escritor estadounidense que solía firmar sus obras con los seudónimos de George Hopley y William Irish.
Dicen los expertos en cuestiones literarias que dedicaron tiempo a recopilar datos sobre este autor que Cornell llegó al mundo en Nueva York el 4 de diciembre de 1903. Fue el divorcio de sus progenitores la causa que lo llevó a instalarse primero en México con su padre y, más tarde, en Nueva Jersey junto a su madre.
De joven, Woolrich asistió a DeWitt Clinton High School y, tiempo después, se doctoró en periodismo en la Universidad de Columbia. Por ese entonces, obtuvo un premio de narrativa que concedía la revista «College Humour» y Paramount Pictures.
«Cover charge» fue la novela que marcó su debut oficial como escritor y lo sacó del anonimato para siempre, mientras que «Children of the Ritz» incrementó su popularidad e inspiró la creación de una adaptación cinematográfica.
Mientras su fama iba en aumento, el novelista atravesaba en su vida privada fuertes cambios ya que su matrimonio con Gloria Blackton fracasó en pocas semanas debido a que su por entonces esposa descubrió un diario donde el propio Cornell narraba con detalles las aventuras homosexuales que mantenía. Tras la disolución de la pareja, el literato se dedicó a viajar con su madre por Europa.
En las décadas del 30 y del 40, su tiempo estuvo destinado en gran parte a crear historias para diversas revistas, entre las cuales se encontraban «Black Mask», «Dime Detective» y «Detective Fiction Weekly», aunque también originó novelas como «La novia vestía de negro».
Por desgracia, las satisfacciones que le proporcionó su carrera como escritor no fueron suficientes para motivarlo a continuar su labor después de la muerte de su madre. Superado por el dolor, el también creador de «Angel negro ocasional», «La serenata del estrangulador» y «Me casé con un muerto» se encerró en sí mismo, optó por alejarse de su entorno, se volcó a la bebida y, en cierta forma, se dejó morir.
Cornell Woolrich partió el 25 de septiembre de 1968 y, desde entonces, sus restos descansan en el Cementerio Ferncliff.
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