Cinco herederos tenían ya Kalomoira Batista y Theodoulos Montis cuando, el 18 de febrero de 1914, se produjo en la ciudad chipriota de Famagusta el nacimiento de Costas, el último de sus hijos.
El más joven de la familia enfrentó desde edad temprana situaciones fuertes que lo obligaron a madurar precozmente y a sobrellevar de la mejor manera posible los golpes de la vida. La tuberculosis, por ejemplo, llevó a la muerte en 1922 a su hermano George y en 1926 a la madre del clan, mientras que la leucemia le quitó al hogar la presencia de otro de sus integrantes: Nikos, un adolescente de 16 años. En 1930, además, Costas sufrió el fallecimiento de su padre.
Aún así, este hombre sorteó obstáculos y no dejó que la tristeza arruinara sus planes: Montis apostó por su futuro, se instruyó, eligió expresarse a través del arte y tuvo oportunidad de formar una familia con la mujer que amaba.
Quien fuera alumno del Pancyprian Gymnasium asistió a la Universidad de Atenas para estudiar Derecho pero, al presentar en Chipre un título griego, no logró trabajar de abogado, tal como pretendía. En 1938, sin embargo, fue contratado en Nicosia por una empresa minera de origen griego, donde escaló posiciones hasta llegar a gerente. Por ese entonces, también se desempeñaba en el periódico “Eleftheria” como corresponsal. En tiempos de Segunda Guerra Mundial, Costas dio clases de contabilidad en una institución académica de Morphou.
En 1942, además de comprometerse con Ersi Constantinou (con quien contrajo matrimonio en 1946 y tuvo cuatro descendientes), este chipriota fue uno de los impulsores del primer teatro que, en su país, tuvo carácter profesional. Editar un periódico independiente, estar al frente del diario de la Cámara de Comercio de Chipre (organismo donde logró ser designado secretario general), trabajar para la publicación “Ethnos”, publicar en inglés y griego “Cyprus Trade Journal” y enriquecer la sección de literatura perteneciente a la revista “Times of Cyprus” fueron otros de sus desafíos.
“Las canciones de una vida humilde”, “Camellos y otras historias cortas”, “Puertas cerradas” y “Con el miedo del hombre” son parte del legado de este autor cuyos contenidos poéticos y relatos han sido traducidos a múltiples lenguas.
Costas Montis, a quien la Academia Mundial de Artes y Cultura distinguió como Poeta Laureado, falleció el 1 de marzo de 2004 en Nicosia.
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