El pintor, dramagurgo, escultor y escritor polaco Cyprian Kamil Norwid nació en la localidad de Laskowo-Głuchy el 24 de septiembre de 1821.
Este artista que quedó huérfano a temprana edad cursó sus primeros estudios, al igual que su hermano, en diversas instituciones académicas ubicadas en Varsovia. A partir de 1830, su formación tuvo lugar en una academia especializada en Pintura.
Su primera composición poética, cuyo título fue traducido al español como “Mi último soneto”, apareció en 1840 en una de las páginas de la revista “Pismiennictwo Krajowe”. Ese mismo año, motivado por su deseo de especializarse en Escultura, viajó a la ciudad alemana de Dresde. Después recorrió Italia y, en 1844, se instaló en Roma. Por ese entonces, se separó de su prometida Kamila y, poco más tarde, se enamoró de Maria e Nesselrode Kalergis.
Sus travesías por el mundo continuaron en Berlín (donde se vinculó con diversas personalidades del ámbito artístico e intelectual), Bruselas (ciudad a la cual llegó tras haber sido expulsado en 1846 de Prusia a raíz de un arresto previo) y París. En la capital de Francia, según se cuenta, permaneció entre 1849 y septiembre de 1852: desde entonces, aquejado por un progresivo cuadro de sordera y seguera, el escritor residió en suelo estadounidense.
En abril de 1854, Norwid llevó a cabo una nueva mudanza, esta vez con destino a Londres. Ya con un respaldo de dinero obtenido gracias a su labor como artista, el polaco retornó a París y publicó allí varios materiales de su autoría.
El creador de propuestas poéticas como “La rapsodia de Bem” y “El piano de Chopin” completó en 1866 una antología bautizada como “Vade-mecum” pero no llegó a publicarla.
Sus últimos años de vida los pasó enfermo de tuberculosis, aislado, con carencias económicas y recibiendo cuidados en una clínica ubicada cerca de París, donde lo había llevado un primo.
Cyprian Kamil Norwid encontró la muerte en territorio francés el 23 de mayo de 1883. En 2001, de modo simbólico, una urna con tierra del cementerio de Montmercy donde fueron sepultados sus restos en una primera instancia fue llevada a la Catedral de Wawel como forma de repatriarlo a su lugar de origen y darle el reconocimiento que mereció.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.