El 12 de junio de 1892, Henry Budington Barnes y Elizabeth Chappel se convirtieron en padres de Djuna Barnes, una niña estadounidense cuyo destino resultó marcado por haber nacido en Cornwall-on-Hudson, una colonia de artistas de Nueva York.
Durante su niñez, Djuna fue educada en su hogar porque sus progenitores creían que el sistema de educación pública era deficiente y, en ese marco, aprendió a descubrir y a interesarse por las artes.
Ya con dos décadas de vida, la futura escritora amplió sus conocimientos de modo formal e inició su carrera como reportera e ilustradora en Brooklyn Eagle. En 1921, época para la cual ya había publicado «El libro de mujeres repulsivas» y se preparaba para el lanzamiento de «Un libro», Barnes fue enviada a París como corresponsal por «Harper»�s Magazine».
En la capital francesa, esta norteamericana de gran talento para la actividad literaria permaneció cerca de veinte años, lapso en el cual adoptó un perfil bohemio en pleno modernismo, aportó contenidos a revistas como «Vanity Fair», «Charm» y «The New Yorker» y formó parte del círculo femenino conocido como «La Academia de Mujeres».
«Almanaque de las damas», «El bosque de la noche», «La antífona», «Criaturas en un alfabeto» y «Humo y otras historias tempranas» son otros de los títulos que forman parte de la extensa producción literaria de esta poetisa y novelista que tuvo el privilegio de trabar amistad con figuras como Ezra Pound, James Joyce, Peggy Guggenheim y Natalie Barney.
Djuna Barnes, una exponente del mundo de las letras que, según T.S. Elliot se caracterizó por enriquecer a la literatura con un «estilo excelente, frases bellas, ingenio brillante y un sentido del horror y la fatalidad digno de la tragedia isabelina», pasó sus últimos cuarenta años de vida de forma solitaria en Nueva York, ciudad donde falleció el 18 de junio de 1982.
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