El 15 de julio de 1926 se produjo en la localidad de El-Yadida el nacimiento de Driss Chraibi, quien por sus aportes a la literatura de su país es señalado como el padre de las letras marroquíes modernas. Además, quedó en la Historia como uno de los principales impulsores de la oferta literaria magrebí en lengua francesa.
Sus primeros años de vida transcurrieron entre las ciudades de Rabat (donde asistió a la Escuela M’hammed Guessous) y Casablanca (allí amplió sus conocimientos en el Liceo Lyautey).
Dispuesto a especializarse en Química, en 1945 se instaló en París y, cinco temporadas más tarde, se graduó como ingeniero. Con el tiempo se interesaría además por la neuropsiquiatría y, finalmente, dedicaría tiempo a demostrar sus talentos para el periodismo y la creación literaria.
Este hombre que, asimismo, dio clases de Literatura en la Universidad Laval situada en Quebec, se ganó la vida como vigilador nocturno y se encargó de producir programas de France Culture formó una familia junto a Sheena Chraibi, con quien llegó a tener varios descendientes.
“El pasado simple”, “El hombre del libro”, “Los Chivos”, “La civilización, ¡Madre mía!” y “Visto, leído, escuchado” son algunos de los títulos que forman parte de la extensa producción literaria de este escritor que, a lo largo de su trayectoria, desarrolló numerosas novelas que fueron traducidas a múltiples idiomas.
Driss Chraibi encontró la muerte el 1 de abril de 2007 en el departamento francés de Drôme, región a la cual había decidido mudarse en 1988. Para cumplir su voluntad, su cuerpo fue llevado al Cementerio de Chouhada ubicado en Casablanca, donde también reposan los restos de su padre. Entre quienes le enviaron mensajes de aliento a su familia por la pérdida de Chraibi estuvo el rey Mohamed VI de Marruecos, quien elogió al autor por ser responsable de textos que son parte de las “maravillas de la literatura mundial”.
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