Elena Aldunate

El 1 de marzo de 1925 en Santiago de Chile se produjo la llegada al mundo de María Elena Aldunate Bezanilla, quien heredó de su padre, Arturo Aldunate Phillips, la pasión por la escritura.

Más allá de dedicar su tiempo a la ciencia ficción y a la literatura femenina desarrollando relatos cortos, novelas y cuentos, esta autora que perteneció a la Generación del ’50 junto a colegas como Matilde Ladrón de Guevara, Elisa Serrana y Mercedes Valdivieso se formó en teatro y en danza. A estas dos últimas actividades artísticas las abandonó cuando, a los 19 años de edad, quien fuera alumna del colegio de las Monjas Francesas, la Universidad de Chile y la Universidad Católica decidió contraer matrimonio. De esa unión tuvo dos descendientes y de su relación con Fernando Silva, con quien se casó en 1953, otros dos herederos.

En 1950, Elena Aldunate debutó en el mundo de las letras con una propuesta titulada “Candia”. Con el tiempo, la producción de esta mujer que ocupó la vicepresidencia del club chileno de Ciencia Ficción sumó trabajos como “María y el mar”, “Juana… Y la cibernética”, “Ventana adentro”, “Ur… Y Alejandra” y “El señor de las mariposas”.

Estas obras, al igual que “Angélica y el delfín”, “Del cosmos las quieren vírgenes”, “Francisco y el otro” y “El molino y la sangre”, le permitieron a la también libretista radial cautivar a lectores de diferentes generaciones, sumar varios reconocimientos (entre los cuales aparecen una mención de honor en novela del Premio Municipal de Literatura 1978 y el segundo premio Nueva Dimensión otorgado por el club madrileño de Ciencia Ficción) y dejar una huella eterna en la literatura de su país.

La escritora, cuyo legado se rescató del olvido años atrás por medio del volumen “Cuentos de Elena Aldunate. La dama de la ciencia ficción”, falleció en la capital de Chile en 2005.



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