Bulgaria es la cuna de grandes autores como Tzvetan Todorov (luego nacionalizado francés) e Ivan Vazov. También de Elisaveta Bagriana, nacida el 16 de abril de 1893 en Sofía, la capital nacional.
Bagriana comenzó a escribir poemas cuando apenas tenía 14 años de edad y vivía en la localidad de Veliko Tarnovo junto a su familia. En 1910, empezó a trabajar como maestra rural en un pequeño pueblo. Luego ingresó a la Universidad de Sofía para formarse en Filología Eslava.
La literatura nunca dejó de estar entre sus intereses. En 1915, a través de una revista, logró publicar sus primeros poemas, cuyos títulos pueden traducirse como “Canción nocturna” y “¿Por qué?”. De todas formas, recién al finalizar la Primera Guerra Mundial consiguió meterse de lleno en el universo literario, intensificando sus colaboraciones con diversas revistas.
Su primer libro apareció en 1927: “La eterna y la sagrada”. Luego incrementó su producción con otros poemarios, pero también con varias obras infantiles. Considerada una pionera en la literatura femenina búlgara, Bagriana también se dedicó a tareas de edición.
Los trabajos de Bagriana fueron traducidos a unos treinta idiomas. Brenda Walker, por ejemplo, tradujo y recopiló sus principales poemas en una importante antología. El talento de la búlgara también cautivó al editor y escritor francés Alain Bosquet, quien incluyó una de sus creaciones en una recopilación de los mejores poemas mundiales. Otra muestra de su trascendencia es que Tsvetana Kioseva seleccionó a Bagriana entre las cincuenta mujeres más influyentes en toda la historia búlgara.
Candidata al Premio Nobel de Literatura en tres ocasiones consecutivas (1943, 1944 y 1945), Elisaveta Bagriana fue premiada en 1969 por una asociación de poetas en Roma, la capital italiana. El 23 de marzo de 1991, cuando tenía 97 años de edad, se produjo su fallecimiento en Sofía, su ciudad natal.
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