Emily Brontë

Mucho cambió a nivel literario desde la muerte de Emily Brontë pero, a pesar del paso del tiempo, esta escritora británica aún despierta interés en los aficionados al campo de las letras. Por esa razón, hoy en Poemas del Alma decidimos recordar tanto su vida como su obra.

Esta novelista que pasó a la inmortalidad a través de su propuesta titulada “Cumbres borrascosas” nació en Yorkshire el 30 de julio de 1818, en el seno de una numerosa familia.

Poco después de su llegada al mundo, el clan se instaló en Haworth, pueblo en el cual su padre se desempeñó como párroco anglicano. Tras sufrir la pérdida de su progenitora, fue enviada junto a todas sus hermanas al Clergy Daughters situado en Lancashire, un internado donde enfermaron de tuberculosis.

Ya fuera de esa institución que les dejó pésimos recuerdos y fue escenario de malas experiencias, Emily empezó a dedicar gran parte de su tiempo a idear junto a sus hermanos Anne, Branwell y Charlotte un universo imaginario que atesoraba increíbles historias. De más grande, amplió sus conocimientos en un centro educativo privado de Bruselas y empezó a ganarse la vida como institutriz.

En 1846, a raíz de su interés por el ejercicio poético, Anne, Charlotte y Emily se unieron para lanzar en conjunto un material literario, al que firmaron con seudónimos de hombre con el propósito de librarse de los prejuicios de la época. Ese trabajo no tuvo la repercusión esperada pero, aún así, Emily confió en su talento y lanzó “Cumbres borrascosas”, la novela que la sacó del anonimato y se convirtió, con el correr de los años, en un clásico de las letras inglesas.

Lamentablemente, Emily Brontë no logró disfrutar demasiado su éxito ni construir una prolífica producción literaria: su paso por esta vida fue breve y concluyó el 19 de diciembre de 1848, meses después de contraer un resfrío que complicó seriamente su siempre debilitada salud. Sus restos descansan en Inglaterra, para ser más precisos en la Iglesia de San Miguel de Todos los Santos que se localiza en Haworth.