Emma de la Barra

Entre 1860 y 1861, el año varía según las fuentes consultadas y no hay precisiones sobre el día ni el mes exacto, llegó al mundo Emma de la Barra, una argentina oriunda de la ciudad santafesina de Rosario que dejó una huella imborrable en materia literaria.

Emilda González Funes y el periodista Federico de la Barra fueron los padres de esta mujer criada en un hogar de buena posición económica que, por acuerdo familiar, contrajo matrimonio con Juan de la Barra, un tío mucho mayor que ella y muy acaudalado.

Instalada con él en Buenos Aires, Emma mantiene las inquietudes culturales y sociales que había evidenciado en su localidad natal, donde era habitual que dijera presente en las tertulias organizadas por su progenitor. Así, pues, sigue desplegando su talento para la música, se interesa por la pintura y conserva su afición por las letras.

Sumar experiencia como traductora, fundar la Sociedad Musical Santa Cecilia, ayudar a impulsar la Cruz Roja Argentina, organizar una exposición de arte con fines solidarios e involucrarse en un proyecto de construcción de un barrio obrero que terminó fracasando fueron parte de los desafíos y compromisos asumidos por esta autora que, tras quedar viuda, le dio forma a una novela titulada “Stella”. Como en su época había resistencia social hacia la literatura elaborada por el género femenino, De la Barra decidió esconder su identidad bajo el seudónimo de César Duayen.

Con el tiempo, además de casarse con el periodista Julio Llanos (junto al cual residió en la capital de Francia), la escritora amplió su producción con títulos como “Mecha Iturbe”, “El manantial” y “Eleonora”, entre otros. Cabe destacar que varias de sus ficciones fueron traducidas a múltiples lenguas y tuvieron adaptaciones cinematográficas.

Emma de la Barra, quien fuera colaboradora de medios como “El Hogar” y “Caras y Caretas”, perdió la vida en Buenos Aires el 5 de abril de 1947.



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