Dos fechas se asocian a la llegada al mundo del puertorriqueño Enrique Arturo Laguerre Vélez, descendiente de la pareja compuesta por Atanasia Vélez Vargas y Juan Nepomuceno Laguerre González. Según algunas fuentes, este docente y escritor nació el 15 de julio de 1905 en el municipio de Moca pero en los registros lo inscribieron a comienzos de mayo de 1906.
Quien fuera integrante de la llamada Generación del ’30, mientras se instruía en la Universidad de Puerto Rico, se dedicó a la enseñanza trabajando como maestro rural. A medida que pasó el tiempo dirigió una escuela y se incorporó a la Facultad de Estudios Hispánicos del mencionado centro universitario, por detallar otras de sus actividades laborales. Ya habiendo terminado en la Universidad de Columbia un doctorado, Enrique transmitió conocimientos, asimismo, en la Universidad Católica de Ponce.
Sus primeros textos fueron apareciendo a principios de los años ‘40, época en la cual presentó una obra a un certamen literario impulsado por el Ateneo Puertorriqueño. “La Democracia”, “Paliques”, “Alma Latina”, “Artes y Letras”, “El Mundo”, “Hojas libres” y “Brújula” han sido algunos de los medios que lo tuvieron como colaborador.
Gracias a la buena repercusión alcanzada por libros como “La llamarada”, “La ceiba en el tiesto”, “El laberinto” y “Cauce sin río”, ya era un escritor consolidado cuando, en 1975, el Instituto de Cultura Puertorriqueña decidió recompensarlo con el Premio Nacional de Literatura. A diez años de esa distinción fue declarado Humanista del Año por parte de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades.
“Solar Montoya”, “El 30 de febrero” y “Los amos benévolos” son otros de los títulos que componen el legado de este intelectual al cual, en 1999, se postuló como candidato al Premio Nobel de Literatura.
A raíz de un infarto cardíaco, el 16 de junio de 2005 Enrique Laguerre encontró la muerte en su hogar del municipio puertorriqueño de Carolina.
Comentarios2
Yo tuve el privilegio de conocer a don Enrique Laguerre. Los vi dos veces en mi vida y era todo un señor y espléndido caballero.Además conocí a su hija y a su nieta. Hice campaña para su nominación para el Nobel. Lo cual fue una lástima que no ganara.
Que honor que lo mencionaran en Poema del alma.
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