La pintura y la poesía fueron las dos pasiones del chileno Eugenio Cruz Vargas, nacido el 2 de octubre de 1923 en Santiago. Sobre la literatura podría decirse que ya formaba parte de su árbol genealógico: el poeta, ensayista, traductor y político Andrés Bello fue su tatarabuelo, mientras que el escritor, crítico literario y dirigente político Pedro Nolasco Cruz Vergara fue su abuelo.
Cruz Vargas se formó en el Colegio San Ignacio de la capital chilena y después empezó a trabajar en el Banco de Chile, cumpliendo funciones vinculadas a la publicidad y al sector inmobiliario. A comienzos de la década del ’60 se sumó a la agencia de publicidad Cóndor, de la cual más adelante fue su propietario.
A partir de entonces Cruz Vargas desarrolló diferentes actividades en la industria publicitaria. Su trabajo lo llevó a recorrer varios países: en Estados Unidos, por ejemplo, impulsó co-producciones de cine entre dicha nación y Chile, logrando que se filmen dos películas.
De manera simultánea empezó a forjar su trayectoria como pintor, radicado en el sur chileno. Autodidacta (aunque había tomado cursos de Historia del Arte en la École du Louvre de París), comenzó a crear obras abstractas y de paisajismo, que expuso por primera vez en 1986.
En cuanto a su carrera poética, su inicio formal se produjo en 1978, cuando publicó el poemario “La única vez que miento” a través de Editorial Universitaria. Dos años después apareció “Cielo”, su segundo libro. Su tercera obra publicada fue “De lo terrenal a lo espacial”, aparecida en 2011 con prólogo de Emilio Antilef. En los tres casos Cruz Vargas se mostró cercano al surrealismo.
Eugenio Cruz Vargas, quien se casó en 1950 con María de la Luz Vergara Errázuriz y tuvo nueve hijos, falleció el 18 de enero de 2014 en la comuna de Olmué. Tenía 90 años de edad.
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