Federico García Lorca: el duende traicionado

¿Quién traicionó a Federico García Lorca? El poeta que escribió sobre las injusticias y tuvo un trágico final.

Federico García Lorca en «Rutas contestatarias»

Hay hombres que nacen marcados por una estrella y una cruz. Es el caso de Federico García Lorca que vino al mundo en un entorno rural para elevarse por encima de las multitudes como el poeta más grande de España. En él duende y tristeza fueron compañeros imantados a la experiencia vital. Su talento le convertiría en uno de los artistas más influyentes de su generación y su cruz, una época donde el odio se alimentaba del desprecio por el diferente, lo llevaría a desaparecer cuando recién su carrera artística comenzaba a despuntar. Un destino marcado por el dolor, la incomprensión, la persecución y la muerte conforma el paisaje árido que nos sacude cuando pensamos en él. Recorreremos su viaje en esta primera entrega de la sección «Rutas contestatarias».

La infancia en Fuente Vaqueros

Federico García Lorca nació en Fuentevaqueros, un pueblo de la provincia de Granada, el 5 de junio de 1898, en el seno de una familia de clase media. La severidad de su padre y la sensibilidad y cuidados de una madre sobreprotectora fueron limando el carácter de este niño herido de muerte, apenas visitante de un tiempo que no supo comprenderle, con la poesía como única casa del entendimiento.

Rodeado de un ambiente rural en el centro de la Vega de Granada, pasó Federico sus primeros años. Este pintoresco lugar, sin duda, tuvo un impacto potente en su manera de observar el mundo y de acercarse a las palabras. La arquitectura tradicional andaluza y sus casas encaladas, la vida comunitaria y el verde de ese oasis en el centro de la provincia de Granada fueron conformando el imaginario lírico que desentrañaría su talento.

La vida rural, sin embargo, también dejaría en él un poso de tristeza, por la violencia y el maltrato que también supo observar y sufrir en carne propia. Por eso, de este pequeño lugar también nace su dicotómica relación con las luces y las sombras, tan características de toda su obra.

En las pocas fotografías que hay de la infancia de Federico García Lorca podemos apreciar esa dualidad de talento y soledad que supuso la gran marca de su vida. Un niño de complexión delgada y estatura media, con la vivacidad de un animalillo salvaje que advierte su sino y quiere rebelarse. Su rostro redondeado y sus ojos chispeantes permiten apreciar en esas primeras imágenes la luz interior que le guiaría a lo largo de su vida, una forma de estar que denota cierta intuición metafísica, la certeza de que hay otro mundo debajo de las cosas. A ese mundo se lanzó a tempranísima edad buscando en el lenguaje la conquista de su voz.

Federico García Lorca

Federico García Lorca en su juventud

Los viajes y la rebeldía

La corta vida del poeta estuvo alumbrada de viajes significativos: a Estados Unidos, Cuba y Argentina, donde su obra alcanzó pronto una gran relevancia. Tanto su poesía como su teatro alcanzaron una notable influencia en las diversas escenas culturales de la época. Pero antes habría otros viajes: la mudanza a la ciudad de Granada a la Huerta de San Vicente, el último lugar en el que lo verían con vida, a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde coincidiría con otros personajes ineludibles de su generación. Entonces no lo sabían pero estaban creando el movimiento estético más importante de la poesía después del Siglo de Oro. La Generación del 27, alumbrada por poetas como Emilia Prados, Manuel Altolaguirre y Luis Cernuda encontraría en principio en Lorca uno de los rostros más visibles.

Impresiones y paisajes en 1918, Romancero gitano en 1928, Bodas de sangre en 1933, Yerma en 1934, La casa de Bernarda Alba en 1936, Poeta en Nueva York en 1940. En 20 años construyó Lorca una obra sin igual, destrozó las costuras estéticas de su tiempo e inyectó en el teatro y la poesía una mirada de pregunta contra las injusticias. Sin embargo, no sabemos cómo se oía su voz. El investigador que más sabe de él, incansable rastreador de la obra lorquiana, Ian Gibson dice:

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En 1932 Fernando de los Ríos lo nombró Director del Nuevo Teatro Universitario 'La Barraca' para llevar el drama clásico español a las aldeas y los pueblos de provincia. Lorca se volcó intensamente en este proyecto puesto que estaba convencido de que es a través de la educación como se consiguen cambios sociales. Este interés por la vida de los otros confirma el grado de compromiso que Federico sentía, algo que se ha intentado negar a lo largo de la historia, y que él mismo reivindicó como parte de su propia identidad granadina.

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Junto a la actriz Margarita Xirgu, Lorca conquistó los escenarios ofreciendo obras teatrales descomunales, historias contundentes de crítica social con un tono trágico a la vez que poético.

La Generación del 27

Federico G. Lorca fue uno de los más influyentes poetas del '27

El final más triste imaginable

En España la lista de desaparecidos durante la dictadura franquista es incalculable. Difícil de precisar debido a la naturaleza clandestina de las ejecuciones y enterramientos y a la falta de registros. No obstante, de acuerdo a la información que se ha podido recoger con los años, el número ascendería a más de cien miel personas. La búsqueda de justicia y verdad, y la importancia de la reparación para las víctimas son asuntos fundamentales de atención en este país. La larga lista incluye numerosos personajes de la cultura, que en su momento de desaparición tenían cierta influencia, entre los que se encuentra Federico García Lorca. En su caso, el peligro para la dictadura era doble: republicano y homosexual.

El golpe de estado de Franco de 1936 catapultaría a Lorca a su trágico final. La represión en Granada fue una de las más brutales de toda España y se cobró la vida de numerosas personas. Estando Federico de vacaciones en la Huerta de San Vicente tuvo un primer aviso de peligro y decidió esconderse en casa de su amigo Luis Rosales, donde supuso que no irían a buscarlo puesto que él y su familia eran del Partido Nacional.

El 16 de agosto se presentaron un grupo de militares con una orden de detención firmada por Ramón Ruiz Alonso. Lorca estuvo detenido dos días en el gobierno civil, pese a que a sus amigos que fueron a verle el 17 de agosto les dijeron que ya se lo habían llevado. Ese fue su final. Las pistas encontradas nos llevan a señalar como responsable de su asesinato a José Valdés Guzmán quien seguía instrucciones de Queipo de Llanos. Tampoco se sabe con certeza quién dio el chivatazo a la guardia nacional sobre su paradero y las especulaciones e investigaciones se chocan con el drama de la época: no puede saberse realmente quienes hacían y qué.

El duende de Lorca era inmenso, su voz tan alta que resulta inaudible. No sabemos cómo fueron sus últimos instantes. Podemos imaginarlo como en cuento de Neuman sobre el fusilamiento fallido de Mollano, pero con un final trágico. Podemos imaginarlo de rodillas siendo humillado, pero no sabemos. No lo sabemos. Esta incógnita es tremenda para quienes hemos vivido intensamente en algunos de sus versos.

La obra de Federico García Lorca es inmensa y ha sido traducida a más de treinta idiomas y en todo el mundo se escuchan sus versos con palabras distintas.

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Comentarios1

  • Dr. Salvador Santoyo Sánchez

    Hay persona que nacen con el drama a cuestas.
    Lorca fue uno de ellos.
    Pero su obra lo enaltece y le abre camino a la gloria de su gran talento.
    Valla a donde se encuentre este gran personaje un reconocimiento a su obra.
    Descansa en Paz Federico Garcia Lorca



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