El 30 de abril de 1944 se produjo en Barcelona el nacimiento de Félix de Azúa Comella, un prolífico autor español que tiene en su haber títulos como “Cepo para nutria”, “Lengua de cal”, “Las lecciones de Jena”, “El largo viaje del mensajero” y “La paradoja del primitivo”.
Este hombre, que se licenció en Filosofía y Letras y se doctoró en Filosofía, abandonó por un tiempo su tierra natal para ampliar sus conocimientos en París, donde se acercó aún más al mundo de los intelectuales por frecuentar diversas tertulias. Ya de nuevo en España, De Azúa adquirió experiencia como profesor universitario (trabajó en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de Zorroaga y en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña).
Entre 1993 y 1995, según se desprende al repasar su trayectoria, el también responsable de obras como “Cambio de bandera”, “Pasar y siete canciones”, «Baudelaire y el artista de la vida moderna», “La venganza de la verdad” y “Abierto a todas horas” se desempeñó como director de la sede francesa del Instituto Cervantes.
Cabe resaltar que este escritor, que formó una familia junto a Eva Fidalgo Elices (arquitecta con quien se instaló en Madrid y ha tenido una hija), además de publicar trabajos de poesía, novelas y ensayos, elabora artículos que ya han aparecido en medios como “El Periódico de Catalunya” y “El País”. Por el talento que posee para la escritura y la repercusión lograda con sus textos, Félix de Azúa, a quien en 1970 Josep Maria Castellet incluyó en su antología titulada “Nueve novísimos poetas españoles”, es un autor de fama internacional que acumula reconocimientos como el Premio Internazionale Sebetia-Ter. Cultura, Arte e Letteratura, el V Premio Herralde de Novela y el XXXVII Premio César González-Ruano de Periodismo, por citar algunos.
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