En el siglo XIX, diversos estados se anexaron para lograr la unificación de Italia. El proceso, conocido como el Resurgimiento, contó con el escritor Francesco Lomonaco entre sus impulsores.
Su nacimiento tuvo lugar el 22 de noviembre de 1772 en el municipio de Montalbano Jonico. Comenzó su instrucción en la escuela privada de un religioso: a los 9 años, ya comprendía latín. Luego viajó a Nápoles para acudir a la universidad.
Lomonaco, de este modo, estudió Medicina y Derecho. Sus conocimientos le permitieron traducir obras de Gabriel Bonnot de Mably y de Jean-Jacques Rousseau. De hecho, incluso escribió el prefacio de un manual de De Mably.
A finales del siglo XVIII, Lomonaco trabajó para la República Partenopea y tomó parte activamente en diversos enfrentamientos. Tras un ataque del ejército de la Casa de Borbón-Dos Sicilias, se exilió en el territorio francés, donde entró en contacto con el poeta Vincenzo Monti.
Luego Lomonaco se instaló en Milán y conoció a Ugo Foscolo y a Alessandro Manzoni. Cuando presentó “Relación al ciudadano Carnot”, estos dos autores expresaron su admiración por Lomonaco. Este libro fue publicado en 1800 y más tarde reeditado en numerosas ocasiones gracias a su éxito.
Ya consagrado como escritor y reconocido por sus ideas sobre la unificación italiana, Lomonaco incrementó su producción literaria con obras como “Análisis de la sensibilidad”, “Vidas de los famosos capitanes de Italia” y “Vidas de los italianos excelentes”.
Su último trabajo fue “Discursos literarios y filosóficos”, que escribió en 1809. Allí reflejó los inconvenientes que la figura de Napoleón Bonaparte planteó en los italianos de ideas patrióticas. Por esta obra, Francesco Lomonaco fue censurado y perseguido. Víctima de la depresión, el escritor decidió quitarse la vida el 1 de septiembre de 1810, cuando se arrojó al río Tesino tras escribirle una carta a su hermano.
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