El 4 de marzo de 1916 comenzó a escribirse, en la ciudad de Bolonia, la historia de Giorgio Bassani, un italiano que perteneció a una familia de raíces judías que tenía un buen pasar en materia económica. En esta ocasión, repasaremos sus vivencias y sus aportes culturales para permitirles, a lectores de diversas generaciones y nacionalidades, conocer o recordar a un destacado exponente de la literatura europea.
En primer lugar es interesante resaltar que la infancia y juventud de este descendiente de la pareja compuesta por Angelo Enrico Bassani y Dora Minerbi transcurrió en Ferrara junto a sus hermanos Jenny y Paolo.
Tras asistir al Instituto Ludovico Ariosto, donde en 1934 concluyó el bachillerato, Giorgio frecuentó la Facultad de Letras perteneciente a la Universidad de Bolonia, institución en la cual se licenció al presentar una tesis focalizada en Niccolò Tommaseo. Por ese entonces, sentía atracción tanto por el universo musical como por el ámbito literario.
“Una ciudad en la llanura” fue la obra que, en 1940, dio a conocer bajo el seudónimo de Giacomo Marchi. Más tarde, dedicó tiempo a darle clases de Historia e Italiano a alumnos judíos que habían sido expulsados de escuelas públicas. A raíz de sus actividades clandestinas, en 1943 fue arrestado.
Ya casado con Valeria Sinigallia, Bassani se mudó a Florencia para luego radicarse en Roma. En 1945, este escritor que llegó a dirigir la revista “Botteghe Oscure” fue padre de Paola y, en 1949, celebró el nacimiento de Enrico. “Paragone”, “Il Mondo”, “La Fiera Letteraria” y “Approdo” fueron algunos de los medios que tuvieron como colaborador al creador de “El jardín de los Finzi-Contini”, “Detrás de la puerta” y “Las gafas de oro”, entre otros trabajos.
Víctima de una patología que atentó contra su bienestar durante largos años, el también responsable de libros como “La garza”, “Intramuros. La novela de Ferrara” y “Epitafio” murió el 13 de abril de 2000 en Roma.
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