La juventud se hizo presente en la llamada Generación del Sesenta a través de la figura de Gonzalo Millán Arrate, un escritor chileno que enriqueció al mundo de las letras con poesías y ensayos.
La vida de este autor que durante su adolescencia probó suerte como novelista al elaborar una obra que bautizó como “Chumbeque” y no quedó conforme con el resultado comenzó el 1 de enero de 1947 en Santiago de Chile.
Tras pasar sus primeros años en el barrio conocido como La Chimba y estudiar en la Academia de Humanidades de los Dominicos, se instaló con su familia en la comuna de Ñuñoa, donde amplió su formación académica en el Liceo José Victorino Lastarria.
En 1968 se inscribió en la Universidad de Concepción para especializarse en Literatura. Por esa época integró la agrupación Arúspice, que editaba una revista con ese mismo nombre. Más tarde intentó continuar sus estudios en la Escuela de Artes de la Comunicación dependiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile pero el golpe militar que tuvo lugar en su país en septiembre de 1973 lo llevó al exilio. Intentó primero llegar a territorio mexicano, pero no pudo ingresar y fue entonces para Panamá. Días más tarde marchó hacia Costa Rica y, de allí, viajó a Canadá. En suelo canadiense, Millán fundó el sello editorial Cordillera y obtuvo un Master en Literatura Hispanoamericana. Después de un breve retorno a su tierra natal, se afinca en Holanda y, en 1997, regresa de manera permanente a Chile.
“Relación personal”, “La ciudad”, “Seudónimos de la muerte”, “Virus”, “Dragón que se muerde la cola”, “Trece lunas” y “Autorretrato de memoria” son algunos de los títulos que forman parte de la producción literaria de este intelectual que, a lo largo de su trayectoria, recibió reconocimientos como el Premio Pablo Neruda, el Premio Altazor y el Premio de la Crítica, entre otros.
El fallecimiento de Gonzalo Millán tuvo lugar en Santiago de Chile el 14 de octubre de 2006.
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