El modernismo español tuvo entre sus exponentes a Gregorio Martínez Sierra, un escritor y empresario nacido el 6 de mayo de 1881 en Madrid. En realidad los aportes de Martínez Sierra al terreno cultural van de la mano de la labor de su primera esposa: María de la O Lejárraga.
Dado que ambos trabajaban en conjunto, los especialistas afirman que resulta difícil determinar qué obras escribió cada uno. Incluso hay quienes sospechan que muchos de los textos atribuidos a Martínez Sierra o a ambos son, en realidad, creación de Lejárraga.
La pareja estuvo detrás de la fundación del Teatro de Arte y de la Editorial Renacimiento, por ejemplo. También impulsó publicaciones literarias como Renacimiento, Helios y Vida Moderna. Martínez Sierra y Lejárraga, por otra parte, tradujeron al belga Maurice Maeterlinck y al inglés William Shakespeare al castellano.
El teatro fue clave en la vida de Martínez Sierra y de su esposa. Ambos dirigieron un equipo de actores, compositores y dramaturgos que les permitieron llevar al escenario una gran cantidad de obras.
Martínez Sierra firmó trabajos como “El Reino de Dios”, “Canción de cuna”, “Lirio entre espinas”, “La sombra del padre”, “Primavera en otoño” y “Mamá”. Con los años algunas de estas obras comenzaron a ser atribuidas a Lejárraga. Cabe destacar que varias de estas propuestas teatrales tuvieron adaptaciones cinematográficas.
Más allá de su rol como dramaturgo, Martínez Sierra también escribió novelas, ensayos y poemarios. Entre sus libros de prosa se destacan “La humilde verdad”, “Sol de la tarde”, “Tú eres la paz”, “La tristeza del Quijote” y “Pascua florida”. En su producción lírica aparecen “El poema del trabajo”, “La casa de la primavera” y “Flores de escarcha”.
Cabe destacar que Gregorio Martínez Sierra y María Lejárraga se separaron cuando el escritor tuvo una relación con la actriz Catalina Bárcena. Pese al distanciamiento sentimental, los dos siguieron trabajando juntos. La muerte de Martínez Sierra se produjo el 1 de octubre de 1947 en la capital española.
Comentarios1
Gracias por el artículo. Me he interesado al leer un viejo libro de tipografía que contenía un precioso texto de este autor, que hablaba sobre la belleza de la vida sencilla.
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