El 5 de agosto de 1850 comenzó en la ciudad de Dieppe la vida de Henry René Albert Guy de Maupassant, un escritor de origen francés que enriqueció al mundo de las letras con varias novelas y múltiples cuentos.
Durante su adolescencia y juventud vivió en las localidades de Étretat e Yvetot, para tiempo después instalarse por largo tiempo en la ciudad de Ruan, donde amplió sus conocimientos académicos. Por ese entonces conoció a Gustave Flaubert, quien lo contactó con intelectuales como Émile Zola e Iván Turgénev.
Tras mudarse a París, Maupassant se ganó la vida en algunos ministerios como funcionario y, en 1880, debutó como autor profesional a través de “Bola de sebo”. Con el tiempo, su producción literaria se ampliaría con obras como “La Casa Tellier”, “Los cuentos de la becada”, “El Horla”, “Una vida”, “Junto a un muerto”, “El padre de Simón”, “Fuerte como la muerte”, “Claro de luna”, “Cuentos del día y de la noche”, “El buque abandonado”, “La pequeña Roque”, “La belleza inútil”, “¿Fue un sueño?”, “La mano disecada” y “Nuestro corazón”, entre muchas otras que hoy en día están disponibles en un gran número de lenguas.
Cabe resaltar que, a lo largo de su trayectoria, el autor apeló a diversos seudónimos a la hora de firmar sus trabajos. Fue Joseph Prunier, Guy de Valmont y Maufrigneuse, además de Guy de Maupassant.
Los últimos años de vida fueron difíciles para el cuentista y novelista: experimentó trastornos nerviosos, atravesó episodios de pánico, sufrió síntomas vinculados al estado senil y tuvo sífilis, todos inconvenientes que lo impulsaron a tener diversos intentos de suicidio. A raíz de esta compleja realidad, fue internado en una clínica de París, donde falleció el 6 de julio de 1893. Desde entonces, los restos de Guy de Maupassant descansan en el cementerio parisino de Montparnasse.
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