Harriet Jacobs

El 11 de febrero de 1813 se produjo en Carolina del Norte el nacimiento de Harriet Ann Jacobs, una estadounidense que se dedicó a la escritura y, en base a sus vivencias y creencias, aprovechó sus habilidades literarias para transmitir mensajes feministas y abolicionistas.

Esta descendiente de una pareja de esclavos fue educada por su madre, Delilah, quien falleció en 1819. A coser, escribir y leer, sin embargo, aprendió de la mano de Margaret Horniblow, la ama de su progenitora. En 1825, a raíz del deceso de esta mujer, Harriet pasó a tener a James Norcom como amo. Este hombre abusó sexualmente de ella y se resistió a autorizarle el casamiento con Samuel Sawyer, un abogado junto al cual tuvo dos descendientes. Estos pequeños también estuvieron bajo el control de Norcom y la autora estaba obligada a cumplir todos los deseos de él para evitar que sus hijos fueran vendidos.

Hacia 1835, su realidad era tan difícil que optó por esconderse por siete temporadas hasta que logró, finalmente, escapar en bote rumbo a Filadelfia. Ya libre, decidió instalarse en 1842 en Nueva York, donde se edsempeñó como enfermera.

Tras muchas indecisiones e inseguridades, Jacobs escribió su historia, modificando nombres de personas y lugares para evitar represalias o inconvenientes judiciales. Su hija fue la encargada de corregir la puntuación y la ortografía de ese texto que se difundió por entregas a través de “New York Tribune”. Finalmente, en 1861 apareció su libro firmado con el seudónimo Linda Brent. En español, esa obra se dio a conocer como “Peripecias en la vida de una joven esclava”. En la década del ’60 del siglo XX, este material fue rescatado del olvido por un movimiento a favor de los Derechos Civiles y, desde entonces, posee relevancia internacional, llamando la atención, por ejemplo, de personas feministas.

Harriet Jacobs, quien pasó sus últimos años instalada en Washington DC, encontró la muerte el 7 de marzo de 1897.



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