En tierra colombiana nació, creció, se desarrolló laboralmente y murió Héctor Rojas Herazo, un hombre de notoria sensibilidad artística que enriqueció a la literatura universal con novelas y composiciones poéticas.
Este creativo que también dejó su impronta en el ámbito de la pintura (al respecto no se debe pasar por alto que varios trabajos de su producción se expusieron tanto dentro como fuera de su país) llegó al mundo el 12 de agosto de 1921 en el municipio de Tolú.
Además de ser poeta y novelista, según se advierte al reconstruir sus vivencias, Rojas Herazo sumó experiencia en el rubro periodístico. Textos suyos aparecieron en “El Universal” editado en Cartagena de Indias; “El Heraldo” y “La Prensa” de Barranquilla y “El Relator” publicado en Cali.
“Rostro en la soledad”, “Desde la luz preguntan por nosotros”, “Agresión de las formas contra el Ángel”, “Respirando el verano” y “Celia se pudre” son algunos de los libros que integran la producción literaria de este colombiano que tuvo como referentes a León Tolstói, William Faulkner, Franz Kafka, Marcel Proust y Walt Whitman, entre otros grandes intelectuales.
Gracias a las numerosas traducciones que se han hecho de su obra, el talento narrativo y poético de Héctor se disfruta tanto en español como en alemán, ruso, francés e inglés.
Este escritor muchas veces asociado al realismo social, los integrantes de la revista “Mito” y el movimiento conocido como realismo mágico encontró la muerte el 11 de abril de 2002 en Bogotá. “En noviembre llega el arzobispo” y “Las úlceras de Adán” son otros títulos que dejó como legado quien fuera merecedor de distinciones como el Premio Nacional de Novela Esso, el Premio Nacional de Poesía José Asunción Silva, la Medalla del Congreso de la República y un Doctorado Honoris Causa concedido por la Universidad de Cartagena, por detallar algunas condecoraciones que potenciaron el interés general por la figura de Héctor Rojas Herazo.
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