Hay escritores que deben realizar grandes esfuerzos para estar en condiciones de dedicarse a la literatura, ya que necesitan ganarse el sustento con otras actividades. Otros privilegiados, en cambio, disponen del respaldo económico necesario para escribir todo lo que quieran.
El británico Horace Walpole nació el 24 de septiembre de 1717 en un hogar acomodado. Su padre, Robert Walpole, se convirtió en primer ministro de Gran Bretaña en 1721 y mantuvo el cargo durante más de dos décadas, hasta 1742. Horace (cuyo nombre real era Horatio), de este modo, se crió en un entorno de elite y privilegios.
Su formación tuvo lugar en el Eton College y el King’s College. Al finalizar sus estudios universitarios, Walpole partió de viaje y recorrió el continente europeo junto a Thomas Gray, otro reconocido poeta. En 1741 regresó a su tierra natal y se convirtió en parlamentario.
Mientras trabajaba en el Parlamento, Walpole comenzó a desarrollar su carrera literaria. Su primer libro apareció en 1762 y se tituló “Anecdotes of painting in England”, traducido como “Anécdotas de la pintura inglesa”.
En 1764, Walpole presentó “El castillo de Otranto”, una obra pionera de la novela gótica. Este libro le permitió obtener una gran popularidad y posicionarse como un autor destacado de la época.
Otro trabajo de Walpole que alcanzó una importante trascendencia fue “Dudas históricas sobre la vida y el reinado de Ricardo III”, un ensayo político publicado en 1768.
El fallecimiento de Horace Walpole tuvo lugar el 2 de marzo de 1797. No dejó descendientes y nunca se casó: su vida personal, de hecho, es motivo de controversia. Diversos expertos han señalado que el escritor era homosexual, una supuesta condición que fue aprovechada por sus rivales políticos para criticarlo. Incluso algunos biógrafos, tras investigar sobre sus relaciones sentimentales, definieron a Walpole como una persona asexual, sin interés romántico por las mujeres ni por los hombres.
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