La literatura, las leyes y la diplomacia se conjugan en la historia de Hugo Lindo Olivares, un salvadoreño nacido el 13 de octubre de 1917 en el municipio de La Unión. Perteneciente a una familia de clase media, se formó en la Universidad de El Salvador, donde completó un doctorado en Jurisprudencia y Ciencias Sociales.
Sus estudios le permitieron desarrollar una exitosa carrera diplomática y cumplir con otras funciones públicas. Después de participar de una misión diplomática a Corea en 1947, estuvo al frente de la embajada salvadoreña en Chile durante siete años (entre 1952 y 1959). De allí viajó a Colombia, para ser embajador entre 1959 y 1960.
Lindo tuvo una breve incursión como ministro de Educación y retomó el servicio diplomático en 1969, cuando fue designado embajador en España. Allí se mantuvo hasta 1972.
De manera simultánea a su rol diplomático, Lindo fue desarrollando su carrera literaria. Su ópera prima fue “Poema eucarístico y otros”, un poemario que presentó en 1943. En el terreno de la poesía también publicó obras como “Libro de horas”, “Trece instantes”, “Solo la voz”, “Aquí mi tierra” y “Fácil palabra”.
En cuanto a la narrativa, Lindo se destacó por la novela “¡Justicia, señor gobernador!”, de 1960. Otros de sus libros fueron “Yo soy la memoria”, “Cada día tiene su afán” y “El anzuelo de Dios”.
Lindo, por otra parte, estuvo entre los fundadores de la Universidad Dr. José Matías Delgado, siendo el decano de la Facultad de Bellas Artes durante seis años. Además fue el creador de la librería y galería Altamar e integró la Academia Salvadoreña de la Lengua.
Sobre su vida personal cabe destacar que contrajo matrimonio con Carmen Fuentes, con quien tuvo siete hijos. Entre ellos, el escritor y docente Ricardo Lindo Fuentes.
Hugo Lindo murió el 9 de septiembre de 1985 en San Salvador. Tras su deceso, fueron editadas varias obras póstumas, como “Casi en la luz”, “Prólogo a la noche” y “Desmesura”.
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