El distrito municipal de Leith vio nacer el 27 de septiembre de 1958 al escritor escocés Irvine Welsh, quien alcanzó una extraordinaria fama internacional apenas inició su carrera como novelista.
De la vida de este exponente del mundo de las letras que conquistó a millones de lectores a través de «Trainspotting» se sabe que es descendiente de un trabajador portuario y una camarera, que abandonó la escuela a los 16 años de edad y que intentó entusiasmarse con múltiples actividades laborales (entre ellas, la de ser empleado en una tienda de reparación de televisores) antes de dedicarse por completo a la escritura.
Tras viajar a Londres conquistado por el movimiento punk e integrar allí distintas bandas de música, este hombre que creció en el barrio obrero de Muirhouse optó por regresar a Escocia, donde consiguió empleo en el Edinburgh District Council mientras ampliaba su formación en la universidad. Por ese entonces, la heroína lo atrapó y no le permitió escapar de la adicción por casi tres años.
Una vez que tuvo oportunidad de dejar al descubierto su habilidad para la creación literaria, Irvine Welsh perdió el anonimato y se transformó en un autor capaz de llamar la atención de numerosos críticos y lectores de distintos países y edades.
Valiéndose de su dialecto nativo escocés y sin tomar en cuenta los parámetros de la ortografía tradicional, este escritor logró imponer su propio estilo y conquistar a través de él a un gran número de aficionados a la literatura.
Hoy en día, una parte importante de su producción literaria está traducida a diversas lenguas y, gracias a ello, es posible disfrutar en español títulos de su autoría como «Pesadillas del Marabú», «Escoria», «Porno», «Secretos de alcoba de los grandes chefs», «Crimen», «Éxtasis: tres relatos de amor químico» y «Si te gustó la escuela, te encantará el trabajo».
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