El 17 de mayo de 1845 comenzó, en la localidad de Folgarolas, la vida del escritor español Jacinto Verdaguer y Santaló, a quien el obispo Josep Torras i Bages definió en alguna oportunidad como el “príncipe de los poetas catalanes”.
Este autor, el tercero de los ocho descendientes que llegó a tener la pareja compuesta por Josepa Santaló i Planas y Josep Verdaguer i Ordeix, asistió durante varios años al Seminario de Vich y, en septiembre de 1870, se ordenó sacerdote.
Pese a su vocación de servicio y al deseo de dedicarse por completo a la vida religiosa, Jacinto supo reservar algo de su tiempo para disfrutar horas de lectura (hábito inculcado en su niñez por su madre) y cultivar su faceta literaria, un perfil que le permitió demostrar desde su juventud sus habilidades para la escritura. Por ese entonces, se deleitaba con textos de autores como Virgilio, Frédéric Mistral y José Zorrilla.
Tras ganar diversos galardones en distintas ediciones de los Juegos Florales de Barcelona, el responsable de obras como “L’Atlàntida” (material por el cual la Diputación de Barcelona le otorgó un Premio Extraordinario en 1877) y “Montserrat” mereció el título de Mestre en Gai Saber, un reconocimiento reservado a quienes acumularan tres importantes distinciones en los ya citados Juegos Florales.
“Idilios y cantos místicos”, “Oda a Barcelona”, “Canigó” y “El sueño de San Juan” son otros de los títulos que forman parte de la producción literaria de este hombre que logró quedar en la historia de la Literatura a través de poemas desarrollados tanto en catalán como en lengua castellana que, con el paso del tiempo, fueron traducidos a varios idiomas.
Jacinto Verdaguer, quien además de triunfar como poeta fundó el semanario bautizado como “Lo Pensament Català”, encontró la muerte en Vallvidrera (Barcelona) el 10 de junio de 1902.
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