Israel Feldman y su esposa Luisa Becker llegaron de la lejana Rusia para instalarse en Villa Domínguez, un pequeño pueblo de la provincia de Entre Ríos (Argentina). Allí, el 21 de enero de 1917, nació su hijo Jacobo.
Sin embargo, pese a haber nacido en Villa Domínguez, Jacobo Feldman se crió en Concordia. Su vida, de todos modos, estaría marcada por numerosos viajes: completó la escuela secundaria en Concordia, estudió derecho en Santa Fe (se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral) y comenzó a desempeñarse en su flamante profesión en la ciudad de Roque Sáenz Peña (Chaco).
Tras casarse con la artista Lucía Franco en 1945, Feldman se instaló en Formosa para seguir trabajando como abogado. Dos años después nació su primogénito, Edmundo, y luego tendría otros dos hijos (Guillermo y Martín).
La literatura, al menos como autor publicado, recién aparecería en su vida en 1954, cuando presentó «Páginas de Miself», un ensayo filosófico. Después de publicar este trabajo, se mudó a la Ciudad de Buenos Aires, donde apareció su segundo libro (y primera novela): «Relato de una fuga».
Evidenciando una gran versatilidad, la tercera obra de Feldman fue el poemario «Rieles que no llevan al tiempo». A comienzos de la década de 1970 viajaría por varios países mientras aumentaba su interés por las religiones y la espiritualidad. Así recorrió Nepal, India, Japón, China, Turquía, Grecia, Estados Unidos y otras naciones.
«Manifiesto al hombre», «El Dios vivo», «De los velos» y «Reportaje a Dios» son otros de los libros que forman parte de su producción literaria. En 1990, Feldman se instaló en Mar de Ajó y siguió ejerciendo la abogacía, pese a estar jubilado. Entre 1994 y 2003 vivió nuevamente en Buenos Aires hasta que, después de contraer matrimonio por segunda vez, se radicó definitivamente en Mar de Ajó.
En la ciudad costera, el 15 de junio de 2005, se produjo el fallecimiento de Jacobo Feldman.
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