El calendario indicaba que transcurría el 10 de marzo de 1873 cuando, en la ciudad de Fürth, una mujer dio a luz a un niño. Ese pequeño, con el correr de los años, demostró grandes habilidades para la escritura y llegó a transformarse en un afamado novelista. Entre libros, lecturas y actividad literaria transcurrió la vida de Jakob Wassermann.
En su juventud, este hombre austríaco de familia judía que nació en suelo alemán consiguió empleo en una librería. Tras completar en Würzburg el servicio militar, Wassermann residió en Zurich y en Munich. Poco después sumó experiencia como secretario y redactor en la publicación semanal de contenido satírico conocida como “Simplicissimus”.
A partir de 1893, según se advierte al repasar su historia, logró dedicarse por completo a la creación literaria. Por ese entonces, quien fuera integrante de la Academia de las Artes de Prusia vivió en Viena (donde nació su hija, Eva Pierrakos) y, más tarde, en Altaussee (donde encontró la muerte).
“Los judíos de Zirndorf”, “Caspar Hauser o la indolencia del corazón”, “Christian Wahnschaffe”, “El caso Mauricio”, “Etzel Andergast” y “La tercera existencia de Joseph Kerkhoven” son algunos de los títulos que forman parte de su extensa producción, dentro de la cual hay relatos, novelas, biografías, ensayos y hasta una pieza teatral traducidos a un gran número de idiomas.
Sobre sus vivencias personales, se puede recordar que en 1901 este autor contrajo matrimonio con Julie Speyer, de quien se divorció en 1915. Temporadas después, Wassermann volvería a apostar a la vida familiar de la mano de Marta Karlweis.
El también crítico teatral y creador de “Mi camino como alemán y como judío” y “El hombrecillo de los gansos”, entre otras obras que aún en la actualidad despiertan interés a nivel internacional, falleció en Austria el 1 de enero de 1934.
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