La vida del autor polaco Jerzy Andrzejewski, criado en el seno de una familia perteneciente a la clase media, comenzó el 19 de agosto de 1909 en Varsovia.
Desde muy joven le atrajo la escritura, actividad que le permitió crear cuentos y novelas que, con el tiempo, fueron traducidos a diversas lenguas.
Para complementar su talento literario con una base teórica, tras completar el secundario se inscribió en la Universidad de Varsovia con el objetivo de formarse en Literatura pero no llegó a completar la carrera. Por ese entonces, concentró su tiempo en el desarrollo de textos que aparecían en las páginas de medios como el semanario “Prosto z Mostu”.
Su primer libro, bautizado en español como “Caminos inevitables”, se publicó en 1936. Dos temporadas más tarde, renovó el interés de los lectores con “La armonía del corazón”, material que le permitió ser señalado como el escritor católico más talentoso de su país y ser recompensado con el Premio de la Academia de Literatura de Polonia.
Este hombre que fue parte de la resistencia polaca lanzó en 1945 una antología de cuentos titulada “Noc”. Con el tiempo llegó a presidir el Sindicato de Escritores y, además de adoptar para sus textos el modelo de realismo soviético, desarrolló artículos periodísticos centrados en el comunismo.
Cabe destacar además que, quien fuera entre 1952 y 1954 editor del semanario cultural “Przeglad Kulturalny”, se desempeñó por varios años como integrante del parlamento, al que renunció por no tolerar la censura.
“Los inquisidores” y “La apelación” son otros de los títulos que han permitido a múltiples generaciones de lectores apreciar las habilidades de Andrzejewski para la escritura.
Al repasar su vida y obra, se descubre también que este intelectual que en 1976 fue uno de los fundadores de la agrupación opositora denominada Comité de Defensa de los Obreros padeció una adicción al alcohol que, hacia el final de su carrera, repercutió de modo negativo en su producción.
La muerte de Jerzy Andrzejewski se produjo en Varsovia el 19 de abril de 1983 como consecuencia de un ataque al corazón.
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